Autor | M. Martínez Euklidiadas
Hace décadas que las actividades humanas cruzaron el umbral de ‘autorreparación’ del planeta, cuando el impacto de nuestra civilización empezó consumir recursos muy por encima de la capacidad que tiene el entorno de reponerlos. ¿A cuántos humanos puede albergar la Tierra?
La capacidad de carga del planeta se alcanzó en 1970. Aunque esto, más que ‘hay muchos humanos’, debería entenderse como ‘hay muchos humanos, bastantes de los cuales están consumiendo por encima de sus posibilidades’. Sí, hemos cruzado el umbral, pero la buena noticia es que sabemos cómo funcionar de forma sostenible, incluso con una población creciente.
¿Qué es la capacidad de carga de un ecosistema?
La capacidad de carga es el número de individuos de una especie que puede vivir en determinado ambiente de forma sostenible. Es la carga máxima del ambiente. Aunque resulte desconocido, existe un número máximo de bacterias, insectos, roedores, ciervos o humanos que pueden habitar en una región determinada. Por encima de esa capacidad, el sistema no se repone.
La naturaleza es resiliente, y tiene mecanismos para regular poblaciones crecientes. Cuando los ciervos se multiplican, también lo hacen los lobos hasta que regulan la población de ciervos, tras lo que se reduce la población de lobos. Yellowstone ofrece un ejemplo ilustrativo.
Recinto de aclimatación del lobo en Yellowstone, 1994 | Yellowstone Park
Hacia 1995 se repobló Yellowstone con lobos (previamente erradicados) y esto redujo considerablemente la plaga de ciervos. Gracias a ello los árboles y arbustos tuvieron oportunidad de brotar, lo que atrajo a fauna que llevaba décadas ausente como insectos y castores. Estos, a su vez, han hecho presas y remodelado el entorno. Ahora es infinitamente más resiliente.
¿Hemos superado la capacidad de carga del medio ambiente?
Con creces, aunque con muchos matices. No todas las sociedades realizan la misma presión sobre el entorno, ni presiona sobre los mismos recursos (CO~2~, agua, biodiversidad, uso de suelo…). Por desgracia, si estás leyendo esto es más que probable que tu región deba trabajar activamente por la reducción de tu huella ambiental y la de tus vecinos.
La gráfica de arriba muestra el Earth Overshoot Day o Día de la Deuda Ecológica. Es el día del año en el que la Tierra entra en números rojos porque hemos empezado a extraer recursos renovables del futuro. Como puede verse, no todos los países llegan al EOD el mismo día. Es más, dentro de los países hay divergencias importantes. ¿Cómo se lee esa gráfica? Así:
Si toda la población mundial tuviese la forma de vida de los cataríes, agotaríamos todos los recursos planetarios el 9 de febrero (día 40 del año); mientras que si fuésemos todos indonesios lo haríamos el 18 de diciembre. Dicho de otra forma: si la población mundial viviera como Qatar, entonces ‘sobra’ el 90% de la población mundial ateniéndonos al cálculo:
- 40/365 = 10% > 7901 millones x 0,1 = 790 millones de personas
O desde otra perspectiva, necesitaríamos diez planetas. El país de quien escribe estas líneas tampoco se salva: 25 de mayo, día 145 del año. 145/365 = 39,7%. Si toda la población viviese como los españoles, sobraría el 60,3% de la población o necesitaríamos más de dos planetas. Hemos superado la capacidad de carga del planeta, y la respuesta no tiene por qué ser tener menos hijos.
Mudarnos ‘bajo’ la capacidad de carga del planeta
La última vez que la humanidad fue sostenible y el planeta podía soportar nuestra población ocurrió hacia 1969. Tras aquello empezamos a consumir más recursos de los que el planeta podía reponer. El récord lo tiene 2018. Aquel año el EOD llegó a finales de julio. Traducción: aquel año ‘robamos’ al futuro más de cinco meses de recursos. Pero hay varios motivos para la esperanza.
- El EOD no avanza tan rápido como podría derivarse del crecimiento económico mundial: sí, es una relación directa (el crecimiento económico y el desarrollo tienden a hacernos consumir más planeta), pero existen vías de crecimiento neutro.
- Sabemos que se puede vivir bien por debajo del umbral de renovación de los recursos naturales. Lo hacíamos en 1969.
- Sabemos que la elevadísima presión sobre el entorno es cuestión de hábitos. Si varios países de igual grado de desarrollo consumen tres o cuatro veces más que otros, entonces hay luz al final del túnel y es cuestión de cambiar algunas de las formas en que realizamos nuestras actividades, para evitar altos niveles de contaminación por persona.
Cambiar de hábitos a la humanidad
Tener ‘solo’ dos hijos, vivir sin coche, reducir los vuelos transcontinentales y comprar energía verde son ‘actividades’ que ahorrarían la mayoría de las emisiones globales de CO~2~. Aunque hay otras métricas (agua, biodiversidad, etc.) a menudo están relacionadas.
Evidentemente, ayudaría también mucho vivir en ciudades densas, que ocupan 10 veces menos suelo, gastan 12 veces menos agua, gastan menos de la mitad de energía en climatización y transporte y, además, reduce en cuatro veces el coste público de mantener la infraestructura, por persona, según los estudios.
Los lobos de los humanos
Al igual que ocurre con los ciervos, la humanidad también tiene sus lobos, aunque ajenos a la cadena trófica. Sabemos que existen nueve ‘fronteras planetarias’ que si traspasamos podemos sufrir una recesión poblacional (colapso).
En 2015 habíamos cruzado al menos dos (biodiversidad, ciclos geoquímicos del nitrógeno y fósforo), y hoy en día ya sabemos que el cambio climático es irreversible en este siglo y que el uso de suelo del planeta tendrá consecuencias en la capacidad de carga. Bajará (más).
El modelo ‘standard run’ es, hasta la fecha, el modelo más fiable de prospectiva. Todo apunta a que cruzar esos umbrales o límites hará que para 2100 la población se haya reducido de forma notable. Algo que no debe dar miedo ni incitar al pánico: todas las poblaciones de animales se regulan cada cierto tiempo, aunque nos hayamos acostumbrado a que somos una alternativa.
¿Cuánta comida necesitamos por cada mil millones de habitantes?
Hacer una estimación de la cantidad de comida que necesita una persona para vivir (y no solo sobrevivir) es complicado. Mucho más si lo extendemos a incrementos mil millones de habitantes. Las causas son numerosas, y es que cada región puede tener distintos requisitos nutricionales y condicionantes culturales; no es lo mismo la dieta de un inuit que la de un beduino. Asimismo, no todos los alimentos son igual de fáciles de proveer y cultivar.
Contamos sin embargo con recomendaciones calóricas, que grosso modo corresponden a 2.000 calorías para una mujer adulta y 2.500 para hombres. Niños y ancianos necesitan una menor ingesta energética.
Hay que tener en cuenta que las calorías no lo son todos. Sería muy fácil obtener esas cantidades comiendo únicamente hidratos de carbono, pero eso conduciría a todo tipo de enfermedades. Es necesario mantener una dieta equilibrada dentro de las peculiaridades culturales y geográficas de cada región.
¿Es posible proporcionar toda esta comida a la población actual? Todo apunta a que sí. Y sin destruir más zonas boscosas para abrir nuevos campos de cultivo. Usando una planificación de cultivos más inteligente, con sistemas de irrigación eficientes, rotación de cultivos y la ganadería adecuada, podríamos alimentar prácticamente a 10.000 millones de personas sin necesidad de aumentar la superficie agrícola actualmente disponible.
¿Podemos elevar la capacidad de carga del planeta?
Hace unas décadas se creía que la innovación tecnológica ayudaría a aumentar la capacidad de carga del planeta. Sin embargo, cada innovación en un área (por ejemplo, mayor productividad alimenticia y energía renovable) tenía retrocesos en otras (altísimos niveles de contaminación por nitratos y extracción de materiales).
La naturaleza es extraordinariamente eficiente en lo que hace. Mejorar sus cifras no va a ser nada fácil, aunque sin duda existen tecnologías menos lesivas que otras. Por ejemplo, el cultivo aeropónico ahorra muchísimos recursos respecto al tradicional.
En un universo ideal en el que el 100% de la población dependiese únicamente de fuentes de energía renovables, viviese en ciudades densas, redujese el consumo de algunos alimentos (ver gráfico previo), toda la movilidad se realizase en tren o barco (o caminando y en bici), y recirculásemos todos los recursos, es posible que 10.000 millones de personas incluso tuviesen espacio para crecer.
Imágenes | iStock/Balazs Sebok, AspidistraK, Earth Overshoot Day, Will Steffen et al., Colapsología (2015), OWiD