Autor | Lucía Burbano
El punto de partida de la gobernanza inteligente es la buena gobernanza. Sin embargo, este segundo concepto depende de lo transparentes, honestos o abiertos que sean los gobiernos municipales. La gobernanza inteligente busca impulsar la buena gobernanza para afianzar y proteger la democracia, facilitando la comunicación y colaboración, habilitada por la digitalización.
¿Qué es la gobernanza inteligente?
IGI Global define la gobernanza inteligente como "el uso de tecnología y la innovación para facilitar y apoyar una mejor toma de decisiones y planificación dentro de los órganos de gobierno". Este concepto propone la mejora de los procesos democráticos y la transformación en la prestación de servicios públicos.
En este contexto de ‘smart governance’, Vadot define el acrónimo ‘Smart’ como Social, Mobile, Analytics, Radical-Openness (apertura radical) y Trust (confianza).
Sea como fuere, ambas ponen en valor cómo la generación, análisis y utilización de la multitud de datos que generan las ciudades inteligentes mediante una infraestructura conectada gracias al Internet de las Cosas permiten establecer un nuevo modelo de gestión pública más democrático, inclusivo y sostenible.
Ventajas la gobernanza inteligente
Mayor participación ciudadana
Con la ayuda de las TIC, los ciudadanos pueden interactuar directamente con la Administración y expresar sus opiniones sobre políticas locales.
Acceso a información pública
La gobernanza inteligente pone a disposición de todos los ciudadanos la consulta abierta de datos relacionados con la gestión pública y asignación de presupuestos. Esta transparencia mejora la confianza en los gobernantes.
Obstáculos para su implementación
Generar interés ciudadano
Algunos asuntos gubernamentales pueden no resultar de interés para el conjunto de la ciudadanía. Por lo tanto, conseguir su participación puede ser todo un reto. En este escenario, se aconseja diseñar herramientas de participación lúdicas e innovadoras.
Analfabetismo digital
La llamada brecha digital o la facilidad de uso para utilizar aplicaciones de gobernanza inteligente puede ser un obstáculo para la participación del segmento de población sin los conocimientos para desenvolverse en entornos digitales.
Ejemplos de gobernanza inteligente en las ciudades
Summerside, Canada
La ciudad necesitaba una forma innovadora de abordar la consulta pública, en la que los residentes no sólo quisieran participar, sino que también disfrutaran del proceso. Para ello, se colocaron códigos QR en lugares clave donde los ciudadanos podían compartir información y responder a preguntas sobre la gestión municipal.
Este sistema incrementó en un 18% el índice de participación ciudadana en un proceso presupuestario, especialmente el de la franja que va entre los entre 15 y 30 años.
Kakogawa, Japón
En 2015, la ciudad de Kakogawa fue calificada como una de las más peligrosas de Japón, pero la gobernanza inteligente ayudó, no solo a paliar este problema, sino a mejorar la transparencia del ayuntamiento. En 2017, la ciudad emitió un decreto por el que se colocaron 1.475 cámaras para combatir delitos callejeros de alta incidencia. El sistema detecta a los residentes que lleven etiquetas Bluetooth de baja energía, lo que permite a padres y familiares recibir notificaciones sobre la ubicación de niños o ancianos a través de una aplicación.
Para explicar la medida, el ayuntamiento ha organizado más de diez reuniones con los ciudadanos y el alcalde ha explicado personalmente el propósito de la política respondiendo a las preguntas de sus conciudadanos sobre qué sucede con las imágenes captadas por el sistema de cámaras. Como resultado, más del 90% de los ciudadanos acogieron la medida con satisfacción y apoyaron este esfuerzo. Y como colofón, el índice de criminalidad en Kakogawa fue inferior a la media regional por primera vez en muchos años.
Fotografías | Unsplash/John Schnobrich, Unsplash/NordWood Themes