Autor | Lucía Burbano
Los temporales extremos, cada vez más frecuentes, causan estragos en las ciudades, poniendo en riesgo la vida de millones de personas. Fenómenos como los tornados, sin ir más lejos, generan pérdidas devastadoras cada año en todo el mundo, singularmente en Estados Unidos. ¿Puede la arquitectura luchar contra sus efectos?
¿Qué es un tornado?
Un tornado es una columna de aire estrecha y de rotación violenta que nace en una tormenta eléctrica y se extiende hasta el suelo. Como el viento es invisible, no se perciben hasta que forman un embudo de condensación compuesto por gotas de agua, polvo y escombros. Los tornados pueden ser uno de los fenómenos más violentos por su efecto devastador.
Los tornados se producen en prácticamente todos los continentes, como Oceanía, Europa, África, Asia y Sudamérica. En Estados Unidos, por ejemplo, se registran más de mil cada año.
Origen y causa de un tornado
La combinación de aire húmedo y seco
Los tornados se forman cuando el aire cálido y húmedo choca con el aire frío y seco. El aire frío, que es más denso, es empujado encima del aire caliente, lo que suele producir tormentas eléctricas. El aire caliente se eleva a través del aire más frío, provocando una corriente ascendente. Esta corriente comienza a girar cuando los vientos varían bruscamente de velocidad o dirección.
Supercélulas
Los tornados más violentos proceden de supercélulas, que son grandes tormentas eléctricas que ya tienen vientos en rotación. Aproximadamente, una de cada mil tormentas se convierte en una supercélula, y una de cada cinco o seis supercélulas da lugar a un tornado.
Corrientes primaverales
Aunque pueden generarse en cualquier época del año, los tornados que se producen alrededor del Golfo de México son más frecuentes al principio de la primavera debido a que las corrientes se desplazan hacia el norte.
Por la tarde
La mayoría de los tornados se forman al final de la tarde, que es cuando el sol ha calentado el suelo y la atmósfera lo suficiente para producir tormentas eléctricas.
Cómo prevenir o minimizar los efectos de un tornado
Ingenieros y meteorólogos llevan décadas trabajando en la forma de reducir los efectos de estos destructivos fenómenos, en ocasiones con propuestas radicales tan radicales como la manipulación de resonancias o el uso de explosivos. Pero hay otras propuestas más próximas a la realidad.
Edificios sólidos
Empezando por unos cimientos diseñados para anclar una vivienda al suelo de forma sólida, pasando por marcos de puertas y ventanas fabricadas preferiblemente en acero soldado (material que también se recomienda intercalar en muros de ladrillo), el uso de materiales y soluciones que refuercen la estructura de un edificio permitirá que tengan más posibilidades de soportar eventos como los tornados.
El uso del suelo
Un terreno urbanizado modifica las propiedades físicas de la superficie subyacente, lo que podría afectar a los procesos relacionados con la formación y el desarrollo de los tornados. Un estudio determinó que el uso del suelo urbano puede aumentar significativamente el potencial y el riesgo de tornado mediante una simulación que compara la ciudad de Kansas y su reemplazo por las tierras de cultivo circundantes.
Construir murallas
Rongjia Tao, físico de la Universidad de Temple (Filadelfia), presentó una tercera teoría en la Sociedad Americana de Física en Denver en 2014, que consistía en la construcción de tres grandes muros a lo largo del denominado "callejón de los tornados". Su argumento es que estas barreras, de 300 m de altura y hasta 160 km de longitud, actuarían como cordilleras, suavizando los vientos antes de que se formen los tornados.
Soluciones arquitectónicas contra los tornados
Los tornados, así como otros fenómenos climáticos, son cada vez más frecuentes debido al cambio climático. Aunque poco puede hacerse, existen varias soluciones dentro de la **arquitectura **resiliente capaces de hacer frente al poder devastador de los tornados.
El estudio de arquitectura 10 Design, con sede en Hong Kong, ha ideado un prototipo fabricado en hormigón. Una simple caja compuesta por dos dormitorios con una solución compuesta por cuatro ascensores hidráulicos que hacen que la casa ascienda o descienda.
Cuando hace buen tiempo, la casa se asienta a nivel del suelo. Cuando la velocidad del viento aumenta, lo que indica que un tornado está en camino, la casa se retrae tres metros bajo la superficie y se convierte en un búnker subterráneo con 400 metros cuadrados de espacio adicional para almacenamiento y un huerto para producir alimentos.
No es una solución económica, asegura el estudio hongkonés, pero en cualquier caso, no resulta tan cara como reconstruir un hogar que ha sufrido los efectos de un tornado.
Otro ejemplo hace referencia al Código Nacional de Construcción de Canadá, país cuyos tejados suelen estar especialmente reforzados para soportar el peso de las grandes nevadas. Dicho código especifica que deben emplearse, obligatoriamente, tres clavos en cada conexión entre el tejado y la pared.
Si esto se hace correctamente, la estructura del tejado debería ser segura hasta velocidades de un máximo de 160 kilómetros por hora.
Fotografías | Unsplash/Nikolas Noonan, Unsplash/NOAA