Autor | Arantxa HerranzCada vez más ciudades ponen restricciones al tráfico de vehículos privados por el centro de sus urbes, apostando por el transporte público y otros medios menos contaminantes. No en vano, se calcula que para 2050 alrededor del 70 por ciento de la población mundial vivirá en las ciudades. Y eso hará que dichas urbes consuman cada vez más energía para poder dar respuesta a las necesidades vitales de su población.Este consumo de energía está directamente relacionado con la calidad del aire que se respira y eso es algo de vital importancia para todas las urbes. De hecho, es uno de los principales factores que determinan si una ciudad es un lugar saludable para vivir.
Controlar el tráfico rodado para mejorar el aire
Una de los aspectos que más afectan la calidad del medio ambiente (y, por tanto, a la calidad de vida) es el tráfico rodado. El tráfico de vehículos conlleva una mala calidad del aire por los gases y partículas que emiten, pero también son responsables de generar unos niveles inaceptables de ruido, lo que acaba debilitando a las personas que viven y trabajan en estas zonas.Además, el tráfico también genera altos costes para la economía por los accidentes y los atascos que provoca.Por eso, cada vez más ciudades de todo el mundo apuestan por hacer regulaciones y limitaciones de entrada de vehículos en las urbes. Estas autorizaciones o denegaciones para entrar dependen de cada ayuntamiento, pero pueden establecerse por la emisión de cada vehículo, por imponer un pago para acceder a determinadas zonas o por el tipo de vehículo, entre otros baremos.
Cómo controlar el paso en las zonas de bajas emisiones
En cualquier caso, el objetivo es crear Zonas de Baja Emisión. Por lo general, esto significa que los vehículos con emisiones más altas no pueden acceder a esa área. En algunas zonas de bajas emisiones, los vehículos más contaminantes tienen que pagar más si entran en la zona de bajas emisiones.¿Cómo controlar que realmente solo pueden acceden los vehículos autorizados? Las posibilidades aquí se amplían pero en casi todas hay un denominador común: al final son las autoridades locales y las policías los autorizados a multar a aquellos que no cumplen con la normativa.Sin embargo, un grupo de expertos del Reino Unido ha propuesto una iniciativa de control con la que los ciudadanos no solo pueden denunciar cuando estas regulaciones no se cumplen por parte de algunos infractores, sino que incluso pueden ganar algo de dinero al hacerlo.En un nuevo informe sobre la contaminación del aire, este grupo sugiere que las ciudades con una Zona de Aire Limpio deberían introducir la posibilidad de contemplar informes basados en las denuncias de los ciudadanos. Con este sistema, los ciudadanos recibirían un pago por vigilar a los contaminadores al grabar en vídeo los vehículos que han estado inactivos durante un tiempo determinado y puedan demostrarlo, enviando las imágenes al ayuntamiento.
¿Es bueno tener a ciudadanos policías?
La propuesta puede parecer extravagante, pero no es nueva: ha estado vigente en Nueva York desde diciembre de 2017. De hecho, algunos neoyorquinos aseguran haber ganado miles de dólares a través de este sistema.Evidentemente, este tipo de iniciativas no dejan de ser polémicas. ¿Deben las administraciones públicas delegar algunas de sus funciones en manos de las personas civiles? En Singapur, por ejemplo, tienen las Citizens on Patrol (COP), unas brigadas encargadas de avisar a la policía cuando ven actividades sospechosas (y no solo de tráfico) en sus barrios.Tal y como constata un informe de las Naciones Unidas, muchos países están descentralizando las funciones policiales para acercarlas al nivel comunitario. Pero, y aunque quizá las funciones de la administración pública deban repensarse, "las reformas que abordan cuestiones de orden público deben ubicarse en este contexto más amplio. Los esfuerzos de reforma deben comenzar con el respeto del estado de derecho y la necesidad de su aplicación uniforme".Sea como fuere, lo cierto es que estas iniciativas abren la puerta a que las autoridades puedan adoptar un enfoque diferente a la hora de conseguir el objetivo de un aire más limpio en sus ciudades y la concienciación de las personas.Es cierto que algunas leyes pueden ser muy difíciles de hacer cumplir, debido a la necesidad de la presencia de un agente de policía en el momento de la denuncia. Un cambio en la legislación y la posible introducción de la "recompensa ciudadana" puede ser una solución efectiva, sobre todo en aquellas urbes donde tengan limitaciones presupuestarias y de recursos para disponer de agentes que patrullen y controlen el acceso del tráfico rodado en la ciudad.Imágenes | Aleks Magnusson, Miquel Roselló Calafell, David Dibert, Luke Porter