Autor | Jaime Ramos
El exceso de ruido o contaminación acústica contribuye negativamente, no solo a la concepción de una urbe, también a la salud de sus habitantes. ¿Cómo combatirlo?
CONTAMINACIÓN ACÚSTICA: QUÉ PELIGROS SUPONE
Cuando hablamos de contaminación acústica, también denominada contaminación sonora, nos referimos a todo exceso de sonido (ruido) que produce un efecto molesto y negativo en la salud humana. Las ciudades, por su naturaleza, constituyen el epicentro de este problema. Muchas llevan décadas lidiando con el problema.
Pese a que se trata de un tipo de contaminación que no ha trascendido al mismo nivel que la contaminación del aire, lo cierto es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la encuadra como el segundo agente contaminante más dañino en Europa Occidental, solo por detrás de la mencionada contaminación causada por emisiones de gases.
Las escalas de sonido y ruido son famosas. Lo que no lo es tanto son los múltiples efectos. Causan trastornos heterogéneos, desde psicológicos, del sueño o sobre la atención. Especial atención merecen las consecuencias perniciosas en niños y gestantes.
¿CÓMO PALIAR LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA EN LAS CIUDADES?
Las ciudades presentan un panorama complejo, y es que el ruido no se limita a una única fuente, sino que procede de una amalgama de ellas. El estudioTen questions concerning active noise control in the built environment pone el énfasis sobre esta heterogeneidad:
Debido a que las fuentes de ruido y los ambientes acústicos son cambiantes, las soluciones han de ser adaptativas y responder a franjas diversas en cuanto a frecuencias, amplitudes de onda y fase se refiere.
Entre las prioridades que marca este trabajo está, no solo el hecho de obtener mediciones, sino también la problemática de lidiar con fenómenos de ruido en los que se ven implicados demasiados actores. Ofrecen alternativas en lo relativo a la creación de barreras y el retrofitting de fachadas.
SOLUCIONES PARA COMBATIR LA CONTAMINACIÓN POR RUIDO
Desde el portal Earth Journalism expusieron una clasificación que ayuda a entender la multidimensionalidad de las fuentes. Entre los ámbitos más destacados encontramos:
Incompatibilidad en los usos del suelo
Se refiere al ruido generado en una localización, negocio o edificio, por causas exógenas incorporadas. Es, por ejemplo, el ruido causado por los vehículos de reparto que trabajan con un restaurante. Las ciudades pueden paliar esto mediante una estrategia de zonificación. La normativa del estado de Washington (EEUU), por ejemplo, establece una serie de límites por ruido en función del territorio.
Mención aparte se merece el ruido causado por el por actividades de entretenimiento, que precisa un control urbano aislando locales y edificios, estableciendo límites en los grandes eventos al aire libre.
Ruido de la construcción y de la industria
La actividad industrial es otra de las fuentes milenarias de ruido. También desde Estados Unidos se apuntan algunos ejemplos para controlar este ruido, en concreto, del Departamento de Transportes. Entre las soluciones, (en especial, durante las horas nocturnas) se cuentan el desvío de rutas, las restricciones en el uso de equipos o el establecimiento de horarios.
Contaminación acústica por el tráfico
Desde el tráfico aeroportuario, hasta coches y motos, los medios de transporte resultan una fuente casi inconmensurable de contaminación acústica. Las soluciones van desde la reducción de los límites de velocidad en ciudad, pavimentos que reducen el ruido, vegetación y barreras que rodeen las fuentes, hasta radares que multan el exceso de ruido.
Medidas para los interiores de los edificios
Constituye una solución focalizada, no sobre la fuente, sino sobre los edificios que reciben el sonido. El estudio Acoustic retrofit strategies of windows in facades of residential buildings pone de relieve la falta de estándares concretos a nivel internacional y la necesidad de actuar sobre elementos como las ventanas, que se convierten en puntos débiles que incrementan la exposición al ruido en ciudad. Si consiguiéramos sustituirlas por nuevos diseños capaces de amortiguar el ruido, la contaminación acústica de las ciudades modernas se vería reducida de forma significativa.
Imágenes | @chairulfajar_/Unsplash