Autora | Lucía Burbano
En Estados Unidos los sistemas de calefacción y refrigeración de los edificios representan alrededor del 43% del consumo energético del país. Su origen fósil contribuye, además, a generar emisiones de gases de efecto invernadero que aumentan la contaminación atmosférica y, por tanto, aceleran los efectos del cambio climático, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente estadounidense.
Para revertir este contexto, cada vez son más las ciudades y comunidades que recurren a los sistemas de energía urbana, ya que utilizan fuentes de energía bajas en carbono, como el calor residual, para descarbonizar los edificios sin sobrecargar la red eléctrica. Washington es el último ejemplo de urbe que apuesta por esta alternativa energética.
¿Qué son los sistemas energéticos urbanos de bajas emisiones de carbono de Washington?
El Código Energético del Estado de Washington entró en vigor en marzo de 2024 con el objetivo de establecer una evaluación comparativa del uso de la energía y plazos de cumplimiento para los edificios comerciales y residenciales. El objetivo es, por un lado, avanzar hacia la descarbonización del estado y, por el otro, establecer los requisitos estandarizados para los futuros sistemas energéticos urbanos.
La empresa encargada de suministrarlo es Corix DE Systems, que ha puesto en marcha su sistema de energía urbana que proporciona calefacción y refrigeración de bajas emisiones a los edificios del distrito ribereño del centro de Bellingham, en Washington, a partir de la captación del calor residual de la central térmica Encogen de Puget Sound Energy, situada en el mismo distrito.
Actualmente cuenta con tres módulos prefabricados de 1,5 MW de capacidad térmica de calefacción y 380 toneladas de capacidad de refrigeración. La fase inicial incluye un enfriador evaporativo de 280 toneladas, calderas de condensación de gas natural con una capacidad térmica de 1,1 MW y una enfriadora de recuperación de calor térmico de 400 kW para aumentar la eficiencia reciclando el calor residual.
La iniciativa se ha desarrollado con el Puerto de Bellingham y llega después de que el Código Energético del Estado de Washington de 2021 aprobara este sistema de energía sostenible y bajo en emisiones de carbono como una vía hacia el cumplimiento del código energético. El objetivo a largo plazo es evitar 2.400 toneladas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono.
¿Es sostenible un sistema energético urbano con bajas emisiones de carbono?
Este sistema se basa, principalmente, en fuentes de energía y almacenamiento, una red de distribución, de conversión de calor y destinatario final, que normalmente son edificios. Según explica este paper, su diseño depende de múltiples factores, entre ellos, la procedencia de las fuentes de energía, las cargas a satisfacer, las características de la planta central o distribuida y las necesidades de redundancia y resistencia.
Otro informe, en este caso del UNEP Copenhagen Climate Centre, ofrece varios datos interesantes:
- Los sistemas de refrigeración urbana consumen entre un 35% y un 20% menos de electricidad que los sistemas tradicionales de aire acondicionado refrigerado por aire y los sistemas individuales refrigerados mediante torres de refrigeración, respectivamente.
- En 2023, la producción de calefacción urbana fue responsable de aproximadamente el 10% de las necesidades mundiales de calefacción, tanto en edificios residenciales como industriales.
En ciudades como Barcelona, el reciente despliegue de una solución de recuperación de frío residual permitirá generar 131 GWh de energía local, asequible y respetuosa con el medio ambiente y evitar la emisión de 42.000 toneladas de CO2 al año.
En el caso de Bergen, la ciudad noruega utilizará incineradoras de residuos para generar energía y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 14%.
Países que apuestan sólidamente por la calefacción urbana son Suecia, Finlandia y Dinamarca, que además son los que registran los porcentajes más elevados en el uso de energías renovables.