Autor | Lucía Burbano
Suecia tiene un ambicioso plan para descarbonizar totalmente su sistema de calefacción y agua caliente para 2030. Lo está consiguiendo gracias al district heating o calefacción urbana, que recicla el agua, la energía que generan las centrales de datos y los residuos no reciclables para calentar a todo el país.
¿Qué es el district heating o calefacción urbana?
Los sistemas district heating o calefacción urbana aprovechan el calor residual de varias fuentes para producir hasta el 75% de la demanda de calefacción de Suecia. Se trata de uno de los sistemas más integrados y desarrollados del mundo, lo que sitúa al país escandinavo a la vanguardia en este campo.
Este sistema de calefacción urbana se desarrolló originalmente como complemento del suministro energético en las ciudades. Poco a poco se ha ido ampliando para cumplir con los objetivos de descarbonización y reducir la dependencia del petróleo y del gas natural. Ambas energías fósiles están, además, fuertemente gravadas en Suecia.
¿Cómo funciona el district heating?
El calor se genera en una central térmica, que calienta el agua que proviene de los propios consumidores y que después bombea para impulsar el fluido caloportante a la red de tuberías térmicamente aisladas para evitar pérdidas de calor hasta las subestaciones térmicas instaladas en los edificios que distribuyen y para proveen de agua caliente sanitaria y calefacción a los consumidores.
La mayoría de centrales térmicas utilizan biomasa que proviene de residuos de la madera como astillas, corteza, serrín o pellets como fuente energética para calentar el agua. Están automatizadas y se regulan según la demanda que detecta el sistema de control digital ubicado en la central y en las subestaciones, que también están equipadas con un sistema de intercambio de calor y pueden combinarse con otras fuentes de origen renovable como la energía solar.
Otras fuentes que generan calor
Centros de datos
Estocolmo está capturando el exceso de energía que producen los centros de datos para trasladarlo a la red local de calefacción y refrigeración. Esta iniciativa permite, por un lado, impulsar el establecimiento de esta industria en el país y reducir las emisiones que genera en 50 g de CO2 por kilovatio hora.
Residuos no reciclables
En lugar de acabar en el vertedero, Suecia cuenta con instalaciones de valorización energética de altas tasas de recuperación que convierte los residuos reciclables en combustible para el sistema de calefacción urbana de 1.250.000 hogares.
Una de las mayores centrales del país se encuentra en Malmö, donde se procesan unas 600.000 toneladas de residuos no reciclables al año que cubren el 60% de las necesidades de calor de esta ciudad de 300.000 habitantes.
El “termo” subterráneo de Västerås
Otro proyecto extremadamente innovador es el que está desarrollando la compañía de energía Mälarenergi; convertir una cueva que en la década de 1970 alojaba 300.000 metros cúbicos de petróleo en previsión de una posible la III Guerra Mundial, en un gran termo de agua de hasta 95 ºC de temperatura para proveer de calefacción a esta ciudad sueca mediante intercambiadores de calor.
Tras limpiar las cuevas del petróleo restante, se han instalado las tuberías y los intercambiadores de calor generado con biomasa para después llenarla de agua. La instalación ofrecerá 500 MW de potencia de calefacción urbana y cubrirá las necesidades del 98% de los 130.000 habitantes de Västerås. Está previsto que empiece a funcionar en 2024.
Foto | Umberto