Autora | Lucía Burbano
El Reino Unido está viviendo la mayor crisis residencial de la última década debido a la confluencia de varios factores: el desequilibrio entre oferta y demanda, la escasez de mano de obra y el reducido acceso a materiales constructivos. En este escenario, la construcción prefabricada emerge como una solución que ya se implementa con éxito en otras geografías.
La crisis de la vivienda en Reino Unido
Una de las promesas que hizo el Partido Laborista durante la campaña electoral previa a las elecciones generales de 2024 fue la construcción de un millón y medio de viviendas hasta 2029. Una rápida suma da como resultado un total de 300.000 nuevas viviendas al año, cifra que el país no ha registrado desde la década de 1970, cuando se emplearon, precisamente, soluciones basadas en la arquitectura industrializada.
No obstante, para que el actual gobierno laborista sea capaz de cumplir con lo prometido en materia de vivienda, existen varios obstáculos que van más allá de la política:
Escasez de materiales de construcción
Materiales esenciales como la madera, el cemento y los ladrillos son cada vez más difíciles de encontrar. Esto ha provocado, entre otros, retrasos en los proyectos y subidas de precios.
Entre los motivos que explican esta falta de suministro, este artículo cita:
- La barreras comerciales, escasez de mano de obra y fluctuaciones monetarias provocadas por el Brexit.
- El aumento de los costes energéticos, responsables de la subida económica en la producción de acero, ladrillos y cemento.
- El impulso de la construcción tras la pandemia ha provocado una gran demanda de materiales esenciales.
No hay suficiente mano de obra
Para alcanzar las cifras fijadas por el gobierno, el sector necesita contratar 17.000 nuevos profesionales anualmente, el triple de las actuales.
Uno de los problemas de esta carestía es la oferta educativa actual y la necesidad de sustituir a los 360.000 trabajadores de la construcción que se jubilarán de aquí a 2030. Además de viviendas asequibles y otras soluciones destinadas al mercado residencial, debe reacondicionarse un número notable de viviendas para que cumplan con los objetivos de energía neta cero marcada por el gobierno, lo que requerirá 220.000 nuevos trabajadores de aquí a finales de esta década.
Para revertir esta situación, estudios de arquitectura locales como Boutique Modern están creando soluciones y diseños prefabricados de calidad que buscan solucionar la crisis de la vivienda en el Reino Unido.
En concreto, estos arquitectos han desarrollado ModernHome, un producto modular destinado al alquiler que transforma los solares vacíos en espacios habitables de alta calidad.
ModernHome ofrece además un modelo financiero rápido de implantar, innovador y rentable, que responde a los datos publicados por la Asociación de Gobiernos Locales, que han revelado que el número de hogares en alojamientos temporales ha aumentado un 89% en la última década.
¿Es la arquitectura prefabricada la solución?
El concepto de construcción modular significa, esencialmente, que los elementos de un edificio se construyen fuera de las instalaciones, en un entorno de fábrica controlado y con gran precisión, para posteriormente ensamblarse directamente en la parcela donde se levantará el edificio.
Beneficios de la prefabricación en el sector de la construcción
En la búsqueda de soluciones a la necesidad de construir más viviendas en el Reino Unido, la arquitectura modular podría resolver la escasez de la falta de mano de obra, ya que la construcción prefabricada requiere de un 50% menos de profesionales que la que se precisan en la construcción tradicional.
Esto se explica porque estos profesionales deben tener habilidades concretas para trabajar en este entorno, aptitud que pueden aprender en el trabajo mediante la formación interna.
La rapidez constructiva que ofrece esta tipología arquitectónica también permitiría resolver más rápidamente la crisis de la vivienda, especialmente aquella asequible o destinada a usos sociales.
Además, la percepción de los consumidores respecto a la prefabricación ha cambiado, y ya no se percibe como una solución barata y de mala calidad, sino que su desarrollo tecnológico la ubica como un recurso más sostenible y, como ya hemos comentando, rápido. Estas características son muy interesantes sobre todo en zonas urbanas, donde el tiempo y el espacio son escasos.
Además, los organismos reguladores reconocen cada vez más las ventajas de la construcción modular, lo que da lugar a políticas y normas de construcción más favorables que apoyan la adopción de estas técnicas modulares.
La construcción modular y prefabricada en el resto del mundo
El Reino Unido no es el único que busca resolver sus retos constructivos con la prefabricación. Otros países llevan años haciéndolo, como es el caso de Suecia, donde el 84% de la construcción residencial se realiza con elementos prefabricados, con un enfoque en la sostenibilidad y eficiencia.
Le sigue Japón, con una industria modular centrada en la vivienda que comenzó en la década de 1960, ejemplarizada por la icónica Nakagin Capsule Tower (1972).
Singapur, por su parte, utiliza la prefabricación en proyectos de vivienda pública desde 2014 para remediar el creciente coste de la mano de obra extranjera, ya que el país a menudo depende de trabajadores venidos de otros lugares.
Por último, Estados Unidos que, tras más de dos años de elevados precios inmobiliarios, tipos hipotecarios y alquileres, también está experimentando una crisis debido a la falta de vivienda asequible.
Un informe de 2023 del Manufactured Housing Institute reveló que el coste medio por pie cuadrado de una casa prefabricada era de 87 dólares, aproximadamente la mitad de los 166 dólares que cuesta una casa construida in situ.
Esto explica que, en la actualidad, 21,2 millones de estadounidenses vivan en casas prefabricadas, y que éstas representan aproximadamente una de cada 10 viviendas nuevas que se construyen en EE.UU. cada año.
Fotos | H. Raab/Wikimedia (CC BY-SA 3.0), Wikideas1/Wikimedia (CC0 1.0)