Autora | Raquel C. Pico
Aunque se han producido muchas mejoras en seguridad vial a lo largo de las últimas décadas, todavía quedan muchas áreas por trabajar y muchas cuestiones por mejorar. La seguridad de los peatones es una de ellas, porque todavía las ciudades —y las carreteras en general— priorizan el tráfico rodado frente al a pie. Mejorar las aceras o crear espacios seguros para los peatones es fundamental, pero también lo es la iluminación. Una buena iluminación podría salvar vidas.
Atropellos al alza
Las muertes por atropello siguen siendo muy elevadas y los pasos de peatones son uno de los puntos en los que los transeúntes se pueden encontrar ante el peligro. En Estados Unidos, los atropellos han ido en aumento a lo largo de la década de los 10 y son ya el 16% de todas las muertes en accidentes de tráfico. El 75% de todos esos fallecimientos se produjeron en zonas sin iluminación. Como concluye un estudio del Louisiana Transportation Research Center, esta situación evidencia la necesidad de mejorar la visibilidad de los peatones.
El cómo iluminar mejor los pasos de cebra tiene respuestas muy variadas. Dotar de una mejor iluminación es la clave y las experiencias prácticas demuestran que las fórmulas para conseguirlo varían. Como recuerda el análisis, siempre que se logre aumentar la visibilidad, tienen un impacto positivo. Lo importante es que la luz se disponga en ambos lados del cruce —para que vean tanto conductores como peatones— o que no siluetee al peatón. Se debe ganar visibilidad tanto en la calle —mejorando la toma de decisión de cuándo cruzar— cómo en la carretera.
El poder de las luces LED
Uno de los elementos que podrían mejorar las cosas son las luces LED. La integración de iluminación LED en los pasos de peatones es una de las medidas que se están poniendo en marcha en muchas ciudades. Con ello se busca reducir la contaminación lumínica —se gana en eficiencia de consumo, pero también se mejora el tipo de luz que emiten—, se recude el deslumbramiento y se gana en eficiencia de costes. Y, muy importante, se añaden nuevas capas de información visual que dan más seguridad al cruce.
Los pasos de peatones iluminados por luces LED incorporan filas de iluminación integradas directamente en la calzada. Algunas veces limitan en sus extremos los pasos de cebra. Otras, lo hacen de forma transversal en la carretera. Además de dar información sobre cuándo pasar y cuándo no quienes esperan a pie, también mandan señales de alerta a quienes conducen.
A nivel tráfico, la investigación práctica demuestra que funciona. Un grupo de investigadores italianos ha comparado las velocidades de conducción en diferentes pasos de cebra en Roma: unos estaban iluminados con luces LED integradas en la carretera y otros no. La velocidad de aproximación de los vehículos a los pasos de peatones con iluminación LED se reducía entre un 19 y un 32% frente a los que no tenían luces.
Si bien es cierto que todavía no hay estudios concluyentes sobre el efecto que la iluminación tiene en la reducción de la mortandad —como señala el informe del Louisiana Transportation Research Center—, estos son datos prometedores.
Más tipos de pasos de peatones
La iluminación visibiliza tanto a unos como a otros lo que está ocurriendo en esa zona de la calle. Diferenciar bien dónde está un paso de cebra y dónde no es fundamental para mejorar la seguridad vial, especialmente teniendo presente que en el día a día de la urbe no siempre se hacen bien las cosas. En ocasiones, la visibilidad de los pasos de cebra se reduce por la presencia de coches aparcados en doble fila o por la ubicación de elementos del mobiliario urbano, como cubos de basura.
Aun así, estas no son las únicas estrategias en marcha para mejorar la seguridad vial y peatonal. Los pasos de cebra digitales usan sensores y cámaras para detectar patrones y crear señales en tiempo real para aumentar la seguridad, algo parecido a lo que hacen los pasos de peatones inteligentes. En este caso, la iluminación vuelve a ser un factor clave, porque gracias al uso de luces LED advierte a los vehículos de lo que se avecina.
Otras opciones son más analógicas. Los pasos de cebra elevados son ya muy habituales en las ciudades europeas, especialmente cerca de colegios y otros lugares sensibles. Un resalto altera la carretera, obligando a los conductores a reducir la velocidad para poder pasar por encima. Otras fórmulas implican separar en dos tramos el paso, con una isleta en medio que permite adecuar la velocidad a las personas con problemas de movilidad o que no son capaces de caminar tan rápido como la luz verde espera.
En algunos lugares se está también jugando con percepciones ópticas que ralentizan la aproximación. La del pequeño pueblo de Ísafjörður, Islandia, se convirtió en viral no hace mucho al crear la ilusión de que estaba en 3D. La idea llegaba desde Asia: Nueva Delhi fue la pionera en este tipo de acciones.
Cómo prevenir accidentes como peatón
Por tanto, la reducción de los accidentes implica mejorar la visibilidad, crear avisos claros para el tráfico rodado y mejorar la iluminación de las zonas de cruce. Todas estas cuestiones deben integrarse en la estrategia urbana: un buen urbanismo reduce la siniestralidad. La ciudad de Pontevedra, España, logró dejar en cero las muertes por atropello en la última década gracias a la peatonalización, la pacificación del tráfico y la bajada de la velocidad máxima posible para el tránsito.
Por supuesto, la propia ciudadanía puede también mejorar las cosas. Para prevenir accidentes como peatón hay que respetar las normas de circulación, cruzar siempre por las zonas previstas para ello o evitar vestirse con colores oscuros —y poco visibles— si se sabe que se tendrá que recorrer una zona mal iluminada.