Autor | M. Martínez Euklidiadas
La quinta generación de telecomunicaciones iba a cambiar drásticamente las ciudades. Gracias al 5G íbamos a ver redes inteligentes de energía y distribución más responsable, medicina a distancia con monitorización remota, medios inmersivos, sistemas de transporte inteligentes, o mejores procesos de fabricación. ¿Qué ha ocurrido con el 5G? ¿Ha incumplido sus promesas urbanas?
La promesa invisible del 5G
Nos prometieron gobiernos inteligentes y democracia directa mediante voto telemático, educación pública y de calidad desde casa, seguridad inteligente, mejores redes de energía o sistemas de transporte conectados. Prometieron descargas de datos a velocidades de vértigo y baja latencia con un entusiasmo propio de los amantes de la tecnología. ¿Ha llegado algo de eso a nuestras ciudades? Lo cierto es que sí, pero a procesos a menudo invisibles para la ciudadanía.
- Sí, las ciudades tienen mejores redes de recogida de basuras gracias a contenedores y camiones conectados al 5G, aunque el público general apenas es capaz de percibir este avance (más allá de un LED en el contenedor).
- Sí, ahora los sistemas eléctricos son algo más fiables y seguros, aunque la frecuencia de apagones prácticamente está igual que lo estaba con el 4G porque ya era excepcionalmente baja. Hemos entrado en una fase de retornos marginales decrecientes: hace falta doblar la tecnología para ver mejoras significativas.
- Sí, en la actualidad es mucho más fácil ver cómo el taxi o VTC viene hacia nosotros gracias al GPS mejorado con 5G. Pero es algo a lo que nos hemos acostumbrado rápidamente.
Los retos del 5G en las ciudades inteligentes
El 5G, y en general cualquier sistema de telefonía móvil, es más versátil dentro del urbanismo compacto de las ciudades que en el disperso del rural, y es por ello que se veía a las ciudades inteligentes como grandes aceleradores de esta quinta generación de telecomunicaciones, así como beneficiadas de la misma. ¿Qué ha ocurrido? ¿Era el 5G un espejismo? Repasemos algunos de los retos (algunos conceptuales) más relevantes:
La cobertura 5G implica más BTS
Las BTS o Estaciones Base de Telefonía [Móvil] por sus siglas en inglés, son los espacios que contienen las antenas. El salto del 2G al 3G implicó una bajada de rango notable, y hubo que instalar más emplazamientos en tejados, azoteas o postes. Lo mismo pasó del 3G al 4G y de ahí al 5G. Sin embargo, el espacio urbano es limitado y negociar nuevas instalaciones es complejo.
La tecnología móvil no da grandes saltos, sino que mejora gradualmente
En la actualidad, se siguen desarrollando el 3G y el 4G; y el 5G está tan solo empezando a ser instalado. Con frecuencia, se usan antenas 4G con tarjetas 5G en los equipos de las mencionadas BTS, hasta que meses o incluso años después compensa adquirir e instalar las antenas. En algunas regiones aún existe oposición a las nuevas generaciones de telecomunicaciones ante el desconocimiento en cómo funcionan, aunque la OMS las reconoce como seguras.
La adopción tecnológica avanza despacio
Aunque el 5G en móviles ha sido particularmente rápido. En 2019, la consultora Gartner señalaba que en 2023 el 51 % de los smartphones vendidos serían 5G. Sin embargo, en 2022 ya se alcanzó el 57 % y Ericsson prevé que 2023 cerrará con el 62 % de la cuota de ventas. Aun así, existe la percepción de avanzar despacio.
Adoptamos tecnología al mismo ritmo en que esta despega
Probablemente este sea el punto crítico. Quien escribe estas líneas recuerda perfectamente dónde estaba y qué hacía cuando se emocionó al ver “1 MB/s” en una pantalla por primera vez. Ahora damos por sentados los 300 MB/s y no valoramos velocidades de 1 GB/s. El 5G ha llegado, ahora todo va más rápido, lo hemos interiorizado y ahora estamos a la espera de lo próximo.
¿En qué ha mejorado el 5G las ciudades?
Ejemplos reales de cómo el 5G ha transformado las ciudades
El transporte [de ciudades asiáticas] es probablemente la vertical urbana con mayor adopción del 5G, como señalan algunos de los últimos metaestudios al respecto. Le siguen la seguridad pública, la salud, el turismo urbano, el ocio y la educación, en ese orden decreciente de adopción. Sin embargo, cuando en lugar de por sectores se clasifica por infraestructura, se entiende perfectamente por qué la sociedad apenas percibe la adopción 5G en ciudades inteligentes:
- Gestión de flujos de personas y vehículos. Incluye la monitorización de flotas o la prioridad semafórica peatonal cuando el sistema lo detecta. Uno de los primeros usos de este sistema se dio en Kelowna (Canadá), cuando en 2020 se instalaron sensores LiDAR que funcionaban sobre tecnología 5G para monitorizar la presencia de peatones.
- Gestión de iluminación urbana. Incluye la instalación de actuadores y controladores conectados para respaldar no solo la iluminación, sino también la vigilancia, la publicidad o el WiFi público. A principios de 2020, el TfL (Transport for London) lanzaba el primer piloto de coche sin conductor que transfería los datos mediante 5G.
- Gestión de vídeo. Cámaras de vigilancia, cámaras portátiles, equipadas en drones, gestión del tráfico de vídeo o videovigilancia en tiempo real. El proyecto barcelonés 5GCity está construyendo pilotos en los que la gestión de la gestión del vídeo de cámaras urbanas en tiempo real funcionará mediante 5G.
- Gestión de edificios. En concreto a su automatización de la climatización o la respuesta a emergencias (tsunamis, incendios, terremotos), pero también en construcción. En Japón llevan años incluyendo 5G en las obras, mientras que edificios de todo el mundo hacen ya uso de una infraestructura interna 5G para mejorar el mantenimiento.
- Gestión de la energía. Análisis de uso en tiempo real en diferentes áreas urbanas. La optimización de redes eléctricas mediante conexión 5G es algo que ocurre desde que la tecnología está disponible —en España, los pilotos a nivel nacional llevan en marcha desde 2021—, aunque no todas las regiones avanzan al mismo ritmo.
Un vistazo al 6G, próxima revolución de las telecomunicaciones
Ya le pasó al 5G, al 4G y al 3G, y ahora la sexta generación de telecomunicaciones promete alterar para siempre nuestros entornos urbanos con las características generales de más conexiones por nodo, más velocidad, menos retraso de la señal, más seguridad o menos consumo por nodo (aunque aún no se sabe si más consumo total o menos).
Y, como es de esperar, el hype con el que se trata esta información y lo invisible de los sistemas hará que el público sienta que la promesa de la tecnología no llegó a cumplirse. La realidad es que el 5G urbano está funcionando por todas partes, ubicuo y al mismo tiempo invisible, tan integrado nuestras actividades que no lo percibimos como el puntal clave en el que ya se ha convertido.
Imágenes | Alex Eckermann, Tobias Rademacher, KBO Bike