Autora | Lucía Burbano
Según el último informe State of Global Water Resources, publicado en 2023 por la
Organización Metereológica Mundial, el ciclo hidrológico se está desequilibrando como resultado del cambio climático y las actividades humanas, provocando tanto sequías extremas como lluvias torrenciales, ambas con resultados devastadores para millones de personas.
La escasez de agua, que tradicionalmente ha afectado sobre todo al cuerno de África, Oriente Medio, California, el Mediterráneo y a algunos países de América Latina, está experimentando un aumento vertiginoso a nivel global y pocas regiones quedan ya inmunes. Un análisis de Lancet Countdown sobre Salud y Cambio Climático revela que:
- El 48% de la superficie terrestre sufrió al menos un mes de sequía extrema en 2023, un aumento significativo respecto al 15% promedio registrado durante la década de 1980.
- El 30% del mundo experimentó sequía extrema durante tres meses o más en 2023, mientras que hace 45 años la media fue del 5%.
Y el futuro no pinta mejor. Naciones Unidas estima que en 2050 más del 75% de la población mundial podría verse afectada por sequías recurrentes.
¿Puede la planificación urbana evitar las sequías?
Este paper señala que la mayoría de las medidas concebidas en las ciudades para hacer frente a las sequías solo se aplican cuando estas ya se están produciendo. Existe, por tanto, una falta de planificación y de conocimientos generalizados en relación con el urbanismo y las sequías en un contexto de cambio climático.
Como soluciones, proponen estudiar el nexo agua-energía-tierra, un marco útil para integrar los usos del agua derivados de la tierra a partir del uso urbano y agrícola para comprender sus dinámicas biofísicas, sociales e institucionales vinculadas al cambio climático.
La red multicapa para el nexo agua-energía-tierra sugiere comenzar identificando los elementos biofísicos y artificiales más relevantes de la red hídrica, y sus agentes e instituciones relacionadas, para una mejor gestión de los mismos.
Herramientas como WaterSim 5 o Urban Drought Nexus, esta última de código abierto y ajustable a los sistemas urbanos si se dispone de información hidrológica bajo proyecciones climáticas. Recomiendan complementarlas con otras herramientas para la planificación a corto plazo que mejoren la gestión de la demanda.
Medidas para reducir los efectos de la escasez de agua en las ciudades
Plantas de tratamiento de agua
Tradicionalmente, las ciudades utilizan sistemas centralizados que tratan el agua dulce de ríos o acuíferos en una instalación central que luego distribuyen a través de una extensa red de tuberías. Sin embargo, estas infraestructuras suelen experimentar interrupciones a medida que pasan los años. Los cambios demográficos y climáticos aumentan, además, la presión sobre el sistema.
Por ello, algunas ciudades están probando los denominados sistemas distribuidos. Son plantas de tratamiento, recuperación y reciclaje de agua a pequeña escala. Estas urbes son, por ejemplo El Paso (Texas, Estados Unidos), que en 2027 tiene previsto concluir la construcción de una planta de purificación de agua avanzada que transformará las aguas residuales en potable.
Otras urbes como Austin, Texas, y San Francisco recolectan la escorrentía pluvial y las aguas residuales de los hogares y las reaprovechan para el riego o la recarga de aguas subterráneas.
Colaborar con la naturaleza
El diseño de bajo impacto puede aplicarse a urbes vulnerables a la escasez hídrica, ya que además evitan sobrecargar los sistemas de aguas pluviales y el agotamiento de las aguas subterráneas. Estos diseños incluyen parterres de flores rebajados y jardines de turberas, jardines de lluvia, zanjas de infiltración y canales.
En Portland, el proyecto Tabor to the River, que comenzó en 2019 y tiene una duración de diez años, plantará casi 3.600 árboles, creará 500 instalaciones verdes en las calles (como jardineras que recogen las aguas pluviales) y trabajará con los propietarios para recoger y gestionar el agua de lluvia de tejados y aparcamientos.
Hidroelectricidad
En las ciudades afectadas por la sequía, los niveles históricamente bajos de los embalses obligan a las centrales hidroeléctricas a cerrar o a reducir su producción. Como respuesta, se ha desarrollado una tecnología de microcentrales hidroeléctricas que permite a las ciudades generar electricidad a partir del agua que circula por sus tuberías.
Y de nuevo, Portland como ejemplo. En este caso, el proyecto Conduit 3 Hydroelectric implementado en la ciudad y que utiliza turbinas que giran gracias a la fuerza del agua que fluye por las tuberías y que alimenta los generadores conectados para que éstos devuelven esta energía a la red eléctrica de la ciudad.
Ciudades que han vencido a la sequía con estrategias diversas
Ciudad del Cabo
La ciudad sudafricana depende de seis embalses para suministrar el 95% del agua de la ciudad y abastecer a algo más de 4 millones de personas. Entre 2015 y 2018 la ciudad sufrió una gran sequía que provocó que los embalses disminuyeran su capacidad del 100% en 2014 a un mínimo del 38%.
Ciudad del Cabo respondió con la publicación de un tablero en su sitio web que muestra actualizaciones semanales sobre los niveles de las presas y el consumo de agua. Esto se complementó con informaciones periódicas sobre las medidas de la ciudad para gestionar el sistema y mapas del consumo de agua a nivel doméstico.
Las iniciativas de conservación resultaron en una reducción del 50% en el consumo de agua en toda la ciudad, que continúa con esta monitorización y está implementando mejoras en sus infraestructuras.
Melbourne
Como medida a la sequía del milenio, que redujo el almacenamiento de agua a niveles críticamente bajos (del 16,5% en el mayor embalse que suministra a la ciudad), la ciudad australiana anunció la construcción de la planta desalinizadora de Victoria.
Extrae la sal del agua de mar para convertirla en potable y cuenta con una capacidad de 150.000 millones de litros de agua potable al año, que representa aproximadamente un tercio de las necesidades anuales de Melbourne.
Cada año, el gobierno decide cuánta agua necesita de la planta desalinizadora analizando baremos como las condiciones actuales de almacenamiento de agua; la demanda proyectada; posibles condiciones climáticas futuras; y el equilibrio entre la gestión de la seguridad del suministro y la minimización del impacto en los clientes.
San Diego
Entre otras medidas, la Autoridad del Agua del Condado de San Diego, en Estados Unidos, ha realizado grandes inversiones en las tuberías que suministran 3.500 millones de litros de agua al día. En concreto, su monitoreo y mantenimiento para asegurar su conservación mediante dispositivos de escucha acústica para percibir posibles fugas.
La red cuenta con una instalación de cámaras y un cable de fibra óptica. Si alguno de los cables se rompe, está diseñado para detectar ese sonido y notificarlo a la sede central.
El reciclaje de agua también desempeña un papel cada vez más importante en el suministro de agua de la ciudad. Aunque el clima de San Diego es árido, la región capta el 90% de la escorrentía en 24 embalses y la trata para cumplir con los estándares de agua potable.
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