Autora | Raquel C. Pico
Desde que aparecieron hace ya unos cuantos años, los drones han mostrado su potencial para solucionar algunos problemas y para crear nuevos servicios. Si en un primer momento despertaban interés como una curiosidad o un entretenimiento, pronto se vio cómo los drones podían asumir trabajos vitales. El área de los servicios de emergencia es una de ellas: los drones ayudan a gestionar mejor la respuesta ante emergencias.
Cómo es la tecnología drone in a box
El potencial de los drones es muy amplio, como también es la variedad de dispositivos que existen en el mercado. Uno de los tipos emergentes son los drone in a box, que se podría traducir en castellano como “drone en una caja”. Ambas formas se emplean de forma indistinta para referirse a ellos.
La tecnología drone in a box simplifica el uso de estos dispositivos, ya que convierte a estos terminales en completamente autónomos. Los drones no necesitan un piloto humano ni en el aterrizaje ni en el despegue, ni en ninguna de las fases intermedias. El terminal por sí mismo se autocarga, gestiona sus rutas y vuelve al punto de partida. El drone in a box es, en resumidas cuentas, un vehículo aéreo no tripulado (UAV, por sus siglas en inglés), que sale de su puerto (de esa caja que le da nombre) y que vuelve a ella de forma autónoma cuando termina el viaje que tenía que hacer.
Esto reduce poderosamente los tiempos de repuesta. Una de las compañías que trabaja en este tipo de herramientas, Citymesh, asegura que los drones solo tardan 15 minutos en llegar al lugar en el que se ha producido una llamada de emergencia. Sobre el terreno capturan imágenes que dan información más detallada a los servicios de emergencia sobre lo que está pasando. Para los bomberos, por ejemplo, esto permite detectar signos de incendio. Sus drones in a box operan ya en 35 áreas de emergencias en Bélgica.
IA para mejorar la autonomía
Igualmente, la incorporación de tecnología de inteligencia artificial (IA) a estos dispositivos aumenta su potencial y los convierte en todavía más independientes. Un drone con IA puede ir más allá de aquello para lo que ha sido programado, asumiendo tareas como el reconocimiento del terreno o la interpretación de la información que están captando.
Gracias a la IA, los drones pueden calcular mejores rutas o tomar decisiones propias. Incluso, pueden ayudar a que las decisiones de los equipos de emergencia sean más eficientes y efectivas. En resumidas cuentas, los hace ser mejores. Algunas compañías ya están experimentando con la implementación de la IA, lo que abre la puerta a muchos más usos de los drones in a box. Por ejemplo, Motorola Solutions y Nokia acaban de cerrar un acuerdo para lanzar drones in a box que usan redes 5G o 4G para garantizar la conexión e inteligencia artificial para reorganizar las rutas a seguir teniendo en cuenta la situación real. Igualmente, el uso de IA ayuda a tomar decisiones de forma más rápida en tiempo real.
Aun así, con y sin IA, el drone in a box simplifica la gestión de emergencias. Al no necesitar que un piloto esté cerca del dispositivo, puede cubrir más distancias o reducir tiempos de repuesta. Existen ya programas de “drone as first responder” (drone como servicios de emergencia), que envían a los drones como avanzadilla.
Más allá de las emergencias, los drones in a box tienen ya múltiples usos. La NASA ya los ha integrado en la exploración espacial, se emplean igualmente en entornos militares y de seguridad, son parte de la agricultura smart ya que sirven para controlar los cultivos o para recabar información en la agricultura de precisión y ayudan a gestionar y asegurar las infraestructuras críticas (como plantas de energía). La energética Enel los emplea ya desde 2019 en la su planta solar de Totana, España, para mejorar la eficiencia en el mantenimiento de la infraestructura.
Los usos de los drones de emergencias
Esto refuerza el potencial de los drones en emergencias. Los usos más innovadores de los drones en emergencias ya incluyen el rescate de personas o el envío de medicinas y productos de primera necesidad en situaciones extremas. En huracanes, inundaciones y otras catástrofes naturales, llegan a zonas de complicado acceso y los drones rescatan a la población que se haya podido quedar atrapada.
Sin embargo, su potencial como tecnología de respuesta a emergencias no se limita únicamente a las situaciones extremas. Pueden estar presentes en el día a día, en los entornos urbanos o en la gestión de problemas de salud cotidianos. Así, son un elemento más de los sistemas de emergencias de una smart city y ayudan a reducir el tiempo de respuesta ante las emergencias.
En varias ciudades de Estados Unidos ya se han puesto en marcha diferentes iniciativas para atender con drones problemas sanitarios comunes como los infartos o las sobredosis, ya que en ambos el tiempo de respuesta es fundamental para garantizar la supervivencia. En paralelo, los drones permiten cubrir amplias franjas de territorio, algo que importa en los países en vías de desarrollo, pero también en aquellas zonas de población dispersa —un problema creciente en el medio rural europeo— o de difícil acceso. Es lo que ocurre en las islas más remotas de Corea del Sur, que abastece con drones a sus habitantes.
Foto | Goh Rhy Yan