Autor | Elvira Esparza
Los parques y jardines públicos son para muchos habitantes de las ciudades el único modo de tener contacto con la naturaleza. Es bueno tenerlos cerca por los beneficios que aportan: son espacios de diversión y esparcimiento, favorecen la socialización, reducen la contaminación atmosférica, mejoran las condiciones climáticas de la ciudad y tienen una influencia positiva en la salud física y mental de los ciudadanos. Así no es extraño que la OMS recomiende vivir a 300 metros de una zona verde de al menos media hectárea, aunque no siempre es posible.
¿Grandes parques urbanos o pequeños jardines?
Los jardines urbanos comenzaron a diseñarse en las grandes ciudades en el siglo XIX con un carácter estético y funcional, impulsados por los obvios beneficios que tenían para la salud de las personas y la higiene de las ciudades. Su objetivo era disminuir el impacto de la contaminación industrial y generar espacios de descanso para la población.
Con el tiempo el diseño de parques urbanos ha evolucionado. Se han aprovechado instalaciones en desuso como el aeropuerto de Tempelhof en Berlín, para la creación del mayor jardín público de la ciudad, o The High Line, un parque elevado construido sobre una antigua vía de tren en Nueva York.
Frente a los grandes parques públicos, existe otra corriente que prefiere el diseño de espacios más pequeños para cubrir las necesidades de las comunidades que tienen dificultades para acceder a los grandes parques. Un ejemplo representativo es Paley Park, en Nueva York, rodeado de altos edificios, tan solo tiene media hectárea de extensión. Es de propiedad privada, pero está abierto para el público durante la jornada laboral para servir de lugar de descanso y relajación a los visitantes.
Errores en la planificación de los parques urbanos
Sin embargo, el diseño de los jardines urbanos no está exento de errores que generan diferentes problemas:
Problemas de accesibilidad
Los parques tienen que ser accesibles para que todas las personas, al margen de sus condiciones físicas, puedan disfrutarlos. Un parque sin rampas, ni senderos accesibles impide el acceso a las personas que se desplazan en silla de ruedas.
La solución está en un diseño inclusivo basado en el uso de rampas y cotas cero para las personas con movilidad reducida; mobiliario accesible teniendo en cuenta la altura de todas las personas; acceso a servicios higiénicos con sillas de ruedas y una señalización clara de las rutas accesibles.
Problemas de seguridad
Una iluminación deficiente en un parque crea zonas oscuras que pueden ser peligrosas para los visitantes porque tienen más riesgo de sufrir un robo. La sensación de inseguridad aumenta si a esto se suma la existencia de zonas con arbustos densos o rincones oscuros que pueden servir para ocultarse los delincuentes.
La instalación de cámaras de seguridad en puntos estratégicos, junto con una iluminación adecuada durante las horas nocturnas, soluciona gran parte de los problemas de seguridad de los parques.
Problemas de sostenibilidad
El diseño de los jardines urbanos debe regirse por criterios de sostenibilidad, para reducir el consumo de recursos al mínimo. Uno de los errores habituales es la plantación de especies no autóctonas que requieren un mayor consumo de agua, de especies invasoras o tóxicas. También el uso de materiales no sostenibles en los senderos y zonas infantiles contribuye a la pérdida de zonas verdes y a la impermeabilización del suelo, mientras que la falta de adaptación a los efectos del cambio climático hace que sean más vulnerables a las olas de calor y a la sequía.
Estos problemas se solucionan con la plantación de vegetación nativa o de bajo mantenimiento; una adecuada planificación del agua con sistemas de riego eficientes o el uso de energías renovables para la iluminación.
Problemas de ubicación
Cuando se dice que un parque está mal ubicado generalmente es porque se encuentra situado cerca de zonas peligrosas, con un alto índice de criminalidad. Entre los jardines urbanos más inseguros del mundo destaca el Parque Central de Ciudad Juárez (México), relacionado con el narcotráfico, o el Parque Central de Bogotá (Colombia), aunque ha mejorado su seguridad en los últimos años.
Si el parque está situado lejos de las comunidades, no es accesible en transporte público o está cerca de una autopista con tráfico constante, la gente tampoco irá a disfrutar de este espacio. Los problemas de ubicación se minimizan si se dota de mayor vigilancia a los parques y se mejora la accesibilidad.
Para evitar estos errores, en la planificación de los parques urbanos hay que tener en cuenta la sostenibilidad, la adaptación al entorno, la diversidad de especies sin olvidar el mantenimiento regular para evitar la acumulación de basura y el deterioro del equipamiento.
Imágenes | Ignacio Brosa, Elizabeth Villalta