Author | Lucía Burbano
Clasificado como un trabajo de alto riesgo, los bomberos se enfrentan a quemaduras, inhalación de humo y lesiones provocadas por el fuego y el derrumbamiento de estructuras, además de a posibles enfermedades crónicas relacionadas con el sistema respiratorio.
En 2022, la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA) de Estados Unidos, informó de un total de 96 lesiones mortales de bomberos mientras estaban de servicio. Si los robots ya han entrado con fuerza en otros sectores, su papel en trabajos relacionados con la seguridad de las personas puede llegar a salvar vidas. De ahí el creciente interés por automatizar su labor en medida de lo posible.
Ventajas de la lucha contra incendios robotizada
Para empezar, están diseñados para soportar temperaturas y condiciones extremas que convierten a los robots en una herramienta idónea para las tareas de extinción.
Además, los robots programados para apagar incendios están equipados con una serie de funciones avanzadas, como sensores, cámaras y tecnología de imagen térmica, que les permiten navegar por entornos llenos de humo y detectar puntos calientes que pueden ser invisibles para el ojo humano.
Gracias a la incorporación de estas tecnologías de respuesta ante catástrofes, pueden trabajar de forma autónoma, como este robot diseñado en Croacia, o pueden controlarse remotamente. Estos robots suelen estar equipados con cámaras y otros sensores que proporcionan información en tiempo real que permite tomar decisiones con la máxima información disponible.
Taipéi y sus robots bomberos
La capital de Taiwán parece apostar por luchar contra los incendios con robots. Hace pocos meses, la ciudad realizó una demostración del robot LUF60, controlado remotamente y capaz de lanzar 2.400 litros de agua por minuto a una distancia de más de 60 metros.
También dispone de más funciones, como subir cuestas de hasta 30° de inclinación y eliminar obstáculos gracias a que su chasis sobre orugas permite maniobras precisas de conducción y giro y una gran estabilidad.
Unas semanas antes se realizaron las pruebas pertinentes, en las que se introdujeron mejoras y ajustes antes del debut del robot, aunque no se han detallado cuáles.
El objetivo de la presentación era mostrar cómo los robots de extinción de incendios pueden mejorar las labores de socorro en caso de catástrofe y, al mismo tiempo, garantizar la protección de vidas y bienes. Las autoridades taiwanesas tienen previsto utilizarlo en la isla de Shezi, donde se ubica un importante parque industrial.
Hace unos meses, a raíz de un incendio en una fábrica del condado de Pingtung, en el que fallecieron nueve personas, se hizo un llamamiento a que el gobierno destine más fondos a los programas de investigación conjunta entre los cuerpos de bomberos y las empresas de alta tecnología para producir una nueva generación de robots móviles que podrían sustituir a los bomberos humanos, junto con nuevas herramientas y autobombas que tendrían un mayor alcance y capacidad de agua.
Implicaciones futuras
En Arizona, Estados Unidos, los bomberos probaron otro robot, en este caso fabricado por Rosenbauer. Su presidente define la misión que desempeñan robots como el suyo: “no lo hemos diseñado para sustituir a los bomberos, sino para mejorar sus capacidades y aumentar su seguridad”.
En esta demostración se puso en valor la utilidad de que los robots cuenten con cámaras para visualizar lo que está sucediendo en el interior de un edificio en llamas ya que son los interiores donde, precisamente, incrementa el riesgo para los bomberos, según un estudio conjunto de la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Autónoma de Madrid.
Citando de nuevo al presidente de Rosenbauer: “Si (el robot) se destruyera, es simplemente un dispositivo mecánico, es reemplazable. Un bombero no lo es. Es una vida humana”.
Fotos | Taipei City Fire Department