Autora | Lucía Burbano
Cuando se produce un accidente de tráfico, la rapidez de respuesta es fundamental para evitar males mayores. No obstante, las circunstancias pueden provocar que muchos conductores no puedan ponerse en contacto con los servicios de emergencia cuando más lo necesitan. En situaciones vitales como ésta, varias tecnologías disponibles en los teléfonos inteligentes pueden ser decisivas para salvar vidas.
Los teléfonos inteligentes, aliados en la seguridad
Disponer de un teléfono inteligente cuando somos víctimas de un accidente de tráfico puede ser un factor decisivo en el estrecho margen del que disponen los equipos de emergencia para localizar y atender a las víctimas. También en la celeridad con la que los implicados pueden ponerse en contacto con sus seres queridos y las aseguradoras, iniciar los trámites necesarios, hacer fotos y el seguimiento de aquella información que pueda ser útil más adelante.
‘Crash Detection’, disponible en iPhone y Google Pixel, es una opción preinstalada (aunque deben habilitarse los correspondientes permisos) en ambos sistemas operativos capaz de detectar si el usuario del teléfono inteligente ha sufrido una colisión grave de tráfico.
Está configurado para detectar impactos desde varias direcciones y entre otros vehículos gracias a tecnologías como los sensores, en especial, acelerómetros y giroscopios, que detectan la velocidad y el movimiento y pueden percibir cuándo el vehículo se detiene repentina y violentamente.
Estos dispositivos también se basan en datos GPS y en la actividad del micrófono para detectar sonidos y otros indicios de colisión. Incluso pueden saber si se han desplegado los airbags del vehículo gracias a que disponen de un barómetro muy sensible.
Además, si el teléfono inteligente detecta que el usuario ha sufrido un accidente, envía una alerta inmediata a los servicios de emergencia y comparte su ubicación.
Independientemente del sistema operativo que se utilice, existen aplicaciones para teléfonos inteligentes capaces de realizar esta función. Por ejemplo, Life360 Crash Detection, un servicio gratuito que detecta colisiones siempre que el vehículo se desplace a más de 40 km/h gracias al acelerómetro y el GPS instalados en los teléfonos inteligentes.
Otras funcionalidades más avanzadas incluyen alertas SOS con servicios de emergencia 24 horas al día, 7 días a la semana, que envían ayuda a la ubicación del vehículo, incluso cuando el usuario no puede solicitarla.
Otra información vital que pueden capturar los teléfonos inteligentes
La tecnología sensórica instalada en los teléfonos inteligentes permite contribuir positivamente a otras funciones relacionadas con la seguridad vial.
Detectar cansancio en el conductor
El proyecto europeo i-Dreams ideó una forma de avisar a los conductores de camiones si éstos empiezan a conducir de forma peligrosa. A partir de datos extraídos de los vehículos, el conductor y el entorno, y tras realizar pruebas con 600 conductores en cinco países, el equipo del proyecto ha conseguido determinar cuándo un conductor perdía el control al detectar, por ejemplo, demasiada proximidad con el vehículo delantero o si la carretera estaba mojada. Entonces, envía una alerta sonora al conductor a través de una aplicación para smartphone para que éste reaccione.
El estado de las carreteras
Otras aplicaciones como Stan son colaborativas y recurren a la ayuda de otros conductores para que reporten baches, agujeros u otras incidencias en la infraestructura viaria a las autoridades pertinentes. Las contribuciones aparecen en un mapa interactivo, lo que permite a los usuarios seguir el progreso en tiempo real y escoger rutas más seguras.
Evitar distracciones
Varias aplicaciones móviles bloquean distintas funcionalidades del teléfono para evitar que el usuario reciba alertas de mensajes u otros sonidos que puedan distraerle durante la conducción. Lo que jamás deshabilitan estas aplicaciones son los sensores mencionados anteriormente que, juntamente con el GPS, son fundamentales para alertar a los servicios de emergencia en caso de accidente.
Fotografías | Unsplash/Maël BALLAND, Unsplash/benjamin lehman