Autor | Lucía Burbano
La unión entre los sectores público y privado ha permitido sacar adelante proyectos de desarrollo urbano con grandes dosis de innovación imposibles de ejecutar sin esta colaboración. La tipología es variada, así como las ciudades que cada vez más confían en asociarse con empresas para dar un salto de calidad. Unas compañías que no tienen por qué ser grandes grupos industriales, cotizadas en bolsa o de propiedad individual.
Las ventajas de la colaboración público-privada en las ciudades inteligentes
Por un lado, la administración pública tiene la responsabilidad de impulsar y gestionar proyectos que mejoren sus infraestructuras, urbanismo o servicios sociales. Sin embargo, el propio proceso burocrático o limitaciones presupuestarias actúan a menudo como un obstáculo que la entrada del sector privado permite solventar.
Liderazgo e innovación
Las empresas privadas que se asocian con el sector público suelen liderar su sector gracias a su experiencia acreditada, uso de tecnología puntera y métodos de gestión innovadores. Las ciudades que aprovechan el currículo de estas compañías en ámbitos tan diversos como la gestión de residuos, transporte, energía o infraestructuras inteligentes pueden desarrollar soluciones punteras e incorporarlas a sus proyectos urbanos.
Competencia y transparencia
La participación del sector privado en proyectos públicos introduce un elemento de competencia que mejora los propios procesos de la administración. Puede dar lugar a leyes más estrictas o una mayor transparencia en la prestación de servicios por parte de estas empresas en sectores cruciales como la sanidad, el transporte y la educación.
Rapidez en su ejecución
Los tiempos que el sector privado está acostumbrado a manejar suelen ser más ágiles que los proyectos 100% públicos. Esta metodología de trabajo, eficiencia y enfoque en la gestión es crucial, especialmente en aquellos que abordan necesidades urgentes de renovación urbana.
Riesgo compartido
Los riesgos asociados a los proyectos de renovación urbana, como los sobrecostes y los retrasos, pueden compartirse entre los sectores público y privado. Esto fomenta la responsabilidad e incentiva a que ambas generen resultados satisfactorios.
Ejemplos de proyectos urbanos público-privados
San Luis, Estados Unidos
La ciudad y el condado de San Luis aplicaron una pequeña subida de impuestos para financiar un proyecto de reurbanización del Parque Nacional Gateway Arch, con el que recaudaron 159 millones de dólares. Por su parte, la Fundación del Parque Gateway Arch, de propiedad privada, consiguió otros 221 millones.
Los fondos de esta asociación público-privada, denominada proyecto CityArchRiver, se utilizaron para revitalizar los museos y otros equipamientos de este parque nacional. El proyecto mejoró las instalaciones, creó empleo y aumentó el número de visitantes y residentes y, por tanto, los ingresos no solo del parque, sino de los negocios locales.
Marrakech, Marruecos
El mantenimiento y factura de la red de alumbrado público se había vuelto inasumible para la ciudad marroquí. En 2017 recurrió a la empresa privada Enertika Magreb para crear Hadirate Al Anwar una empresa público-privada financiada con el 61% y el 39%, respectivamente, que ha convertido a Marrakech en la primera ciudad del país equipada con alumbrado LED.
Gracias a la eficiencia y vida útil de esta tecnología de alumbrado, la ciudad ahorra un 60% en costes de funcionamiento y un 80% en costes de sustitución. Parte de este ahorro se utiliza para financiar una tarifa fija para que la empresa realice el trabajo.
Yakarta, Indonesia
Yakarta aspira a electrificar el 100% de su flota de autobuses para 2030. Para alcanzar este objetivo, realizó una prueba piloto para probar un modelo de negocio basado en una asociación público-privada que instauró un acuerdo de compra del servicio: los operadores adquieren los autobuses y la ciudad les paga una tarifa por kilómetro en una ruta exclusiva.
De los 22 operadores de autobuses implicados, cerca del 50% son pequeñas flotas organizadas en cooperativas. Para asegurar su rentabilidad, el gobernador de Yakarta aumentó el periodo de concesión de siete a diez años, lo que permitió estabilizar este modelo de negocio en la ciudad.
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