Autor | Marcos MartínezEl intercambio cultural entre personas es un factor clave e indispensable para que cualquier región prospere, ciudades incluidas. Ejemplos históricos demuestran que las ciudades enlazadas por rutas de comercio aumentaban su empleabilidad, y hoy día las ciudades con mayor densidad poblacional siguen un patrón de crecimiento sistémico similar. Crean talento, más que atraerlo.Ciudades como Madrid en España, Pekín en China o Nueva York en Estados Unidos generan “brechas geográficas” con respecto a los municipios cercanos, en palabras del economista Paul Collier, autor del best seller ‘El futuro del capitalismo’ (2018). Pero, ¿por qué en las ciudades? ¿Por qué la gente se siente atraída por ellas? ¿Cómo crean empleo? ¿Por qué centralizan el PIB?
Una alta densidad reduce el coste de los servicios por ciudadano
A pesar de que el coste de la vida en una ciudad grande es notablemente mayor que en un pequeño municipio, y que ello implica salarios más elevados que redundan en un sobrecoste para las empresas, un gran número de servicios tienen cierta facilidad a reducir su coste debido a la alta densidad poblacional.Uno de los mejores ejemplos de esto es el transporte público, que tiende a ser más eficiente y usado en las ciudades compactas. En las ciudades europeas, ordenadas por capas concéntricas, podemos observar cómo el uso del transporte público crece a medida que uno se acerca al centro. Esto, ¿qué implicación tiene para el empleo?Cuando una empresa afincada en ciudades como Madrid, Pekín o Nueva York buscan empleados, el radio de búsqueda no solo es mucho más amplio que en un municipio cercano debido a la permeabilidad del transporte público. Además, dispondrán de una mayor concentración de talento, sea cual sea el que buscan, y de unas condiciones urbanas que facilitan cumplir el horario.El mismo trayecto de 9,5 kilómetros entre Brooklyn y Washington Square Park, de 35 minutos en autobuses de alta frecuencia (cada 3 minutos), supone 59 minutos en autobús de baja frecuencia (cada 40 minutos) en un desplazamiento de igual longitud apenas unos kilómetros fuera de la ciudad.El transporte, la presencia de hospitales o el tejido empresarial denso y consolidado son ejemplos que muestran cómo las empresas asentadas en ciudades muy pobladas pueden minimizar sus costes laborales, que los trabajadores lleguen tarde, enfermen o no puedan resolver sus problemas personales, respectivamente; y a su vez maximizar la posibilidad de dar con un candidato mejor adaptado al puesto, y más rentable pese al mayor salario.
Alta densidad: servicios con mejor respaldo y calidad de vida
Antes de analizar si las ciudades crean trabajo o lo atraen, estudiemos primero por qué un ciudadano de un municipio pequeño querría trasladarse a una gran ciudad. La respuesta tiene mucho que ver con el apartado anterior, pero analizado esta vez desde el punto de vista de la calidad de vida.Para ello, pensemos en lo frecuente del cierre de colegios en municipios límite, aquellos que conservan un número mínimo, y decreciente, de alumnos. A medida que los fenómenos de despoblación y migración rural van captando a la juventud, la pirámide poblacional se invierte completamente.Llegado un momento, el municipio pierde el colegio, forzando a los padres a llevar a los niños a municipios de alrededor. The Conversation lo llamó en 2018 “El problema semi-rural”: localizar una escuela en un pueblo pequeño tiene un coste decenas o cientos de veces mayor que hacerlo en una gran ciudad.¿El motivo? En entornos urbanos de alta densidad es más probable que el centro se llene hasta el máximo, y algo similar ocurre con servicios básicos como la atención sanitaria, las comisarías, los servicio de bomberos, etc. Aquellos municipios en los que estos servicios no están presentes tienen un amplio coste personal para sus habitantes debido al bajo respaldo público.Esto es aún más visible en las smart cities, para las que la CONUEE (Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía de México) comentó que “la información obtenida permite reducir los consumos de energía, haciendo los flujos de personas y bienes más rápidos y eficientes e incrementando la calidad de vida de los habitantes, ofreciéndoles una ciudad con menos incertidumbres”.Estos y otros motivos relacionados y complementarios, sumados a la falta de trabajo o la falta de tejido empresarial, hace que la gente vaya a las ciudades en busca de trabajo. Pero, ¿de dónde sale el trabajo de las grandes ciudades?
Las grandes ciudades, ¿crean trabajo o lo atraen?
En el ideario colectivo la gente se mueve en busca de trabajo. Sin embargo, un reciente metaanálisis fruto de cientos de estudios previos ha demostrado que la realidad es mucho más compleja. Aunque los estudios parecían contradictorios, los investigadores lograron separar las muestras en dos grandes conjuntos.Cuando se habla de la economía en general, parece ser que la gente busca trabajos en las ciudades, y que por ello se desplaza hacia ellas. En general, como decimos, una mayor densidad de trabajos generan el desplazamiento de profesionales hasta satisfacer la demanda pero, sin embargo, una gran cantidad de población no genera una alta densidad laboral.Dicho esto, sí sucede que los trabajos mejor pagados siguen el patrón opuesto: allí donde hay mucha gente, aparecen trabajos de calidad. Las ciudades grandes son, por tanto, no solo un atractor de mano de obra, sino un generador de talento debido a las nuevas interacciones entre personas que, de no haber coincidido en un área tan reducida, nunca hubiesen coincidido.Esto es importante porque relaciona la creación de innovación con la densidad urbana. No es tanto que las ciudades grandes tengan más trabajo (que también, aunque de baja cualificación), sino que las ciudades grandes inventan trabajos, sectores, nuevas tecnologías.
Allí donde chocan personas, surgen ideas
Steven Johnson, en su libro ‘Las buenas ideas: Una historia natural de la innovación’ (2011) señala que la aglomeración de la diversidad humana en las primeras ciudades fue la que aceleró los procesos de innovación. Invenciones como el alfabeto, la moneda, el pavimento, la rueda, la navegación, etc, surgieron de forma simultánea en decenas de ciudades de todo el mundo hace unos 7.500 años.En 2018, un nuevo estudio demostraba cómo las vías de comunicación (autopistas interestatales norteamericanas) ayudaron a desarrollarse a las ciudades estadounidenses, limitando algunos de los problemas vistos arriba para los pequeños municipios. Al parecer, la velocidad a la que se mueve la gente (y a la que “chocan” unos con otros en el buen sentido, es un elemento dinamizador.Nada nuevo. La historia nos ha demostrado que las ciudades grandes e innovadoras aparecen en los nodos de comunicación del comercio, como ha sido el caso de las calzadas romanas por Europa, la Ruta de la Seda a través de Europa y Asia, o la Ruta del Incienso en Arabia.Del mismo modo, ocurre que “las ciudades densas fomentan interacciones entre las personas, lo que conduce al intercambio de conocimientos que a menudo dan como resultado nuevas ideas o la difusión de mejores prácticas”, en palabras del economista Adam Millsap (para Forbes).
Las capitales siguen acumulando/creando PIB
La ciudad grande llama a trabajadores poco cualificados para cubrir puestos de trabajo a mejor precio que en otros municipios más pequeños, mientras que los trabajadores de alta capacitación viajan a las ciudades para disfrutar una mayor calidad de vida. Como resultado, la balanza del producto interior bruto (PIB) queda cada vez más concentrada en entornos de alta densidad.Como un agujero negro, que existe porque es una forma de minimizar la energía del espacio local, las ciudades densas siguen atrayendo gente de todas partes del país porque optimizan la calidad de vida y el trabajo. No importa qué país cojamos. Todos, o prácticamente todos, siguen la misma pauta:En la gráfica, investigadores del IW Köeln con ayuda de Statista muestran cómo disminuiría el PIB de diferentes países de desaparecer su capital. El ejemplo de Alemania es curioso, al ser Berlín una ciudad deficitaria en PIB respecto al resto del país. Pero, en líneas generales, las grandes ciudades tienden a acumular talento, crear empleo de calidad, y aumentar el PIB.Todas estas respuestas contestan a la pregunta que abría el artículo. ¿Por qué ciudades como Madrid, Pekín o Nueva York tienen más empleo? Este surge debido a la interacción de las personas en un ambiente de alta densidad poblacional, innovando en el proceso y acelerando la migración; siendo la situación en municipios menos poblados justamente inversa.Imágenes | iStock/bingdian, iStock/dhdezvalle, JC Gellidon, Christian Wiediger