Autora | Raquel C. Pico

Era una de las efectivas herramientas de Steve Jobs: cuando tenía que hablar con alguno de sus empleados, se los llevaba a dar un paseo por las calles de Cupertino, enclave donde históricamente se sitúa la sede de Apple. Aunque pueda parecer una idea revolucionaria, Jobs es uno de los ejemplos más recientes de algo que los creadores llevan haciendo mucho tiempo. Las caminatas han sido momento para la reflexión, para la introspección y para la creatividad de muchos de ellos desde hace siglos. Incluso pueden ser el momento perfecto para oxigenar el cerebro, para hacer una pausa.

La lista de creadores que han buscado en los paseos la clave para sus trabajos —y el respiro de su jornada— es, así, muy larga. Además, este es un hábito muy fácil de emular, especialmente ahora que algunas empresas están creando herramientas que simplifican el incorporarlo a la rutina. Algunas compañías están proponiendo un cambio en el paradigma corporativo usando los paseos como fuente para un management más saludable: WalkingTalking es una herramienta que posibilita convertir las reuniones de personal en caminatas.

“Las reuniones andando promueven la actividad física, lo que implica numerosos beneficios para la salud”, explican en su blog. “Cuando los empleados debaten mientras caminan, es más probable que se reduzcan los niveles de estrés y suba la energía”, suman. De este modo, fluye la creatividad y se asienta una cultura corporativa “más vibrante”.

De hecho, la ciencia les da a todos ellos la razón: caminar ayuda a procesar la información y a recargarse cerebralmente. También es mucho más verde que otras actividades. WalkingTalking recuerda que las ventajas corporativas llegan igualmente desde la sostenibilidad, porque se reducen las necesidades de espacio y de energía (no necesitas una sala de reuniones con calefacción o aire acondicionado). Caminar baja de una manera o de otra la huella de carbono.

La ciencia de caminar

Un estudio de investigadores de varias universidades chinas demostraba hace un par de años que existía un estrecho vínculo entre la salud emocional y mental y las caminatas. Para ello, usaron los datos recopilados en una estadística previa sobre los trabajadores en entornos urbanos del país. Quienes paseaban de forma regular “tenían una mejor salud emocional que aquellos que no caminaban habitualmente”, señalan sus conclusiones.

Los datos muestran que no importa tanto el tiempo que se pase caminando como que se haga de forma regular —por ejemplo, gana quien sale todos los días a dar un paseo frente a quien lo hace de vez en cuando— y, para ello, cualquier entorno urbano vale. Cierto es que algunas áreas son mejores que otras porque incentivan más estas prácticas, pero los investigadores descubrieron que incluso quienes vivían en los barrios más contaminados de la ciudad mostraban datos positivos en salud emocional cuando andaban de forma constante.

Son conclusiones muy en sintonía con lo que apunta un metaestudio de investigadores de universidades británicas y australianas, que señala que los datos apuntan en esa dirección. Si bien advierten que todavía hay margen de mejora en los estudios y las áreas investigadas, la evidencia científica de los beneficios para la salud mental de salir a caminar “está aumentando”.

Los beneficios de una buena caminata

En general, la ciencia ha demostrado ya una intersección entre los espacios urbanos y su diseño y la salud mental de la población. Incluso, caminar ayuda a ganar en ciertos intangibles, como la toma de decisiones o el ‘aclarar’ la cabeza, que es lo que hace que este tipo de hábitos sean potencialmente tan valiosos en el mundo de la empresa.

Mejorar el autoconocimiento impacta positivamente en cómo se gestionan a su vez los retos del día a día. Desde una óptica corporativa, las caminatas ayudan a lograr claridad en la toma de decisiones, en la gestión de equipos o en la negociación de temas difíciles. Las sedes de algunas de las grandes empresas tecnológicas incluyen ya áreas pensadas para caminar, como zonas verdes y caminos para el senderismo, mientras que Klaus Schwab, el fundador del Foro Económico Mundial, lleva a sus equipos por las afueras de Ginebra (Suiza) para abordar mientras caminan los temas complejos.

Una investigación de expertos de la Universidad de Hong Kong descubrió que, al caminar, se sincronizan los movimientos entre las personas que lo hacen juntas lo que, a su vez, lleva a establecer vínculos. La percepción del otro se vuelve más positiva y las ideas se negocian más fácilmente, puesto que con cada paso se gana sincronía.

Según Walking Talking, las caminatas son oportunidades para desarrollar el equipo, usar las habilidades emocionales y generar buena salud a todos los niveles. «El sistema está diseñado para ayudar a los equipos y sus líderes a integrar hábitos y prácticas que aseguran una colaboración efectiva, estilos de vida saludables y un alineamiento claro con los objetivos del equipo», explican.  Incluso, mejora la colaboración en equipo y apuntala una cultura flexible y creativa en la compañía.

En paralelo, podría aportar otros intangibles. Como recuerdan en el blog de la compañía, la soledad no deseada se ha convertido en un problema “significativo” pero que muchas veces se pasa por alto. En el entorno laboral, eso puede suponer que los trabajadores se sientan “aislados”. Caminar puede incentivar las conexiones entre las personas y el diálogo.

Potencial las caminatas para hablar

En todo esto, la importancia del diseño urbano es decisiva. inclusión de zonas verdes es fundamental para crear espacios más resilientes a los efectos de la emergencia climática, pero igualmente mejoran la salud física y mental de las personas. La walkable city —o la ciudad caminable— pone a las personas en su epicentro y las saca de casa —y de los transportes— permitiéndoles ir de un lado a otro caminando. Crear ciudades de proximidad es fundamental para potenciar que las cosas se hagan a pie, ya que eliminan la frontera psicológica entre lo que la ciudadanía asume que puede y no puede hacer andando.

Esta pacificación y peatonalización urbana logra reducir el tráfico, las emisiones o la contaminación acústica, al tiempo que incentiva la actividad de las personas. Llevan a que lanzarse a realizar una buena caminata sea más factible y, con ello, a que se ganen los beneficios que reporta. Las investigaciones han demostrado que es positiva para el tratamiento tanto de la ansiedad como de la depresión y que lo que se gana caminando en exteriores no puede ser emulado en una cinta en un espacio interior. Igualmente, caminar mejora la salud física, un antídoto al creciente sedentarismo.

Pero esto es solo una parte de la ecuación, porque crear el escenario debe ir en paralelo a ayudar a potenciar y afianzar este tipo de hábitos. Comprender el valor que caminar aporta a la sociedad es fundamental, un primer paso para poner en marcha esta revolución de hábitos. Tras esto debería seguir una segunda fase, en la que el conocimiento se convierta en acción y en la que se integre como algo habitual este tipo de actividades. Esto es, las caminatas dejan de ser algo que sabemos que es bueno y se convierten en un hábito. Y, finalmente y en paralelo, está la cuestión de crear una infraestructura que apoye todo esto, que dé el empujón final a la ciudadanía para salir y andar.

La tecnología puede ser esa llave. De hecho, el EIT Urban Mobility —una iniciativa con la que el European Institute of Innovation and Technology (EIT), un organismo de la Unión Europea, incentiva la movilidad sostenible— ya buscan en la innovación lo que impulsará este cambio de hábitos. Herramientas como apps y programas de software pueden ayudar a la transición premiando o incentivando hábitos más sostenibles o simplificando su acceso.

En WalkingTalking ,una de esas ideas apoyadas por el EIT Urban Mobility, la app ayuda a ganar habilidades emocionales y sociales al tiempo que guía para desarrollar esas caminatas-reuniones de un modo más efectivo. El software no es solo una palanca para aprender un nuevo modelo de liderazgo y uno más sostenible, sino que se convierte también en lo que ayuda a afianzar la idea innovadora como un hábito.

En conclusión, caminar no solo es una manera de hacer más saludables las ciudades y las vidas diarias de sus habitantes, sino también para conseguir que lo sean sus empresas. La tecnología es la llave que ayuda a hacer ese cambio y, especialmente, a asentarlo como la nueva normalidad.

Este contenido fue creado en colaboración con Walking Talking. Walking Talking estará presente en Tomorrow.Mobility y ofrecerá la aplicación para su uso con todas sus funcionalidades de forma gratuita mientras dure el evento. En sintonía con el tema ‘walk better’ de Tomorrow.Mobility, el uso de Walking Talking presenta la oportunidad perfecta para ganar los beneficios cognitivos y físicos de caminar mientras conectas con gente de tu industria.

Descarga Walking Talking para iOS o Android y únete a la red de Tomorrow.Mobility para crear tu propia ruta y tomar parte en paseos durante la semana.

Foto | AzmanL