Autor | M. Martínez EuklidiadasEl turismo es uno de los sectores más afectados por la pandemia de la COVID-19. También uno de los grandes motores económicos en verano. Para salvarla, algunos países de Europa podrían adoptar la estrategia de zonas verdes propuesta por el investigador Miquel Oliu-Barton (et al), que busca convertir el continente en una ‘rejilla’ con cuarentenas controladas y zonas de paso libre. ¿Puede funcionar?
¿Cómo ha afectado la pandemia de COVID-19 al turismo europeo?
Lo ha detenido casi en seco, un problema si tenemos en cuenta que el turismo representa el 10,3 % del PIB comunitario y un 11,7 % del empleo total, según el Parlamento Europeo. De acuerdo con el Eurostat, los países que más turismo recibían de Europa eran España e Italia, líderes absolutos de pernoctaciones en 2018.Dado que han sido estos dos países los que más han sufrido en el continente y los que más cerrados han permanecido (por voluntad propia, cerrando fronteras; y ajena, con cancelación de destinos en países de origen), el turismo ha caído en toda la eurozona, a la que habría que incluir a Reino Unido, Suiza y Turquía.
¿Qué es la estrategia de las zonas verdes?
Con el objetivo de rescatar el sector turístico europeo, algunos miembros de la Unión Europea podrían seguir una estrategia de zonas verdes que consistiría en permitir el paso de personas entre dos zonas aparentemente libres de virus, dejando siempre claro que el riesgo cero no existe.Esta zonificación pretende reducir la propagación del virus pero sin penalizar la economía de la eurozona. Es una solución de compromiso entre el riesgo mínimo (cierre de fronteras) y el paro máximo (cierre del turismo). La principal ventaja de las zonas verdes es su flexibilidad y la capacidad para mantener el tejido productivo en marcha. Es una estrategia muy adaptable, que funciona tanto a nivel de país como de región o ciudad.
¿Cómo funciona esta estrategia?
Como bien explican en el documento ‘Exit strategy: from self-confinement to green zones’, esta estrategia flexible y sin final a la vista ( al menos hasta lograr una vacuna) participa de dos mecanismos principales:
1. Unificación de zonas verdes
Imaginemos que algunas zonas aledañas tienen contagios en su territorio, pero otras no. Evidentemente, aquellas zonas infectadas se encuentran en cuarentena y fuera de la zona verde. Una vez que han pasado entre 14 y 28 días, las zonas en cuarentena pueden integrarse en una creciente zona verde.
2. Fragmentación de las zonas verdes
En la situación opuesta, una gran zona verde detecta un foco en su interior. Para frenarlo, segmenta el territorio en zonas más pequeñas a las que pone en cuarentena. Cuanto más cerca del foco, más estricta será la misma. Solo cuando el virus remita se volverá a la unificación de zonas verdes.
¿Podría esta zonificación verde salvar el turismo europeo?
Sí, en parte; no en su totalidad. Habrá cierta recesión económica inevitable. Es importante destacar que la apertura de las zonas verdes no es el único condicionante. El miedo al exterior y al contagio, una economía familiar mermada y probables rebrotes suponen un freno al turismo.A esto se suma cierta indeterminación y la imposibilidad de planificar: si contrato un viaje hoy para dentro de tres semanas, ¿podré viajar al destino?; si viajo, ¿podré regresar en caso de que la zona deje de ser verde? Dar respuesta a estas dudas, desafortunadamente, va más allá de la ciencia.Imágenes | iStock/rarrarorro, iStock/sam thomas, iStock/LewisTsePuiLung, iStock/Manel Subirats