Autor | M. Martinez@EuklidiadasYakarta, la capital de Indonesia, se está hundiendo. 10,1 millones de personas vivían en 2017 en la ciudad, y más de 30 millones en su área metropolitana. Como solución a la subida de las aguas por el cambio climático, el estado se plantea trasladar la capital, según el ministro Bambang Brodjonegoro. Pero el hundimiento de la ciudad no tiene un único culpable.Yakarta fue construida en una zona pantanosa, lo que no ayuda a su estabilidad. Además la política extraccionista de agua ha debilitado los acuíferos. El último golpe lo hemos dado entre todos con el cambio climático. En 2050 la ciudad desaparecerá según los pronósticos, y este tipo de sucesos podrían darse cada vez en mayor medida. Una buena gestión del agua es imprescindible frente al cambio climático.
Una nefasta política de agua
Como adelantábamos, Yakarta es una ciudad erigida sobre un pantano. No es la única ciudad construida sobre el agua ni la primera que tiene problemas derivados. Ya en la América prehispánica los aztecas desecaron la laguna de Texcoco para levantar Tenochtitlán hacia XIV d.C.; mientras que Venecia se construyó sobre cerca de 120 islas en el V d.C. Hoy México DF sufre peores terremotos y Venecia se hunde.Si en el caso de Yakarta el golpe final parece haberlo asestado el cambio climático, que también amenaza con llevarse el patrimonio de Venecia como veremos más adelante, en México DF el problema surgió cuando en el siglo XVI los colonizadores desecaron Tenochtitlán. Hoy se sabe que esto está afectando notablemente a los sismos, amplificándolos debido a las arcillas que quedaron.
Cuando el suelo se desplaza las infraestructuras se caen
Pero Yakarta, México o Venecia no son las únicas ciudades del mundo cuyos cimientos sufren debido a la mano del ser humano. En buena parte de Rusia, Alaska, China, y Canadá están teniendo graves problemas con infraestructuras básicas tales como las líneas de ferrocarril. Recordemos, el transporte masivo más eficiente. El problema radica en el permafrost cuando se calienta.El permafrost es un tipo de suelo en que la “capa activa”, una capa a partir de cuatro centímetros desde la superficie, permanece congelada todo el año. Es un material fantástico para construir debido a su estabilidad, pero el calentamiento global está haciendo que de funda. En palabras del experto en clima Laurence C. Smith en su libro ‘El mundo en 2050’, “el sustrato adquiere la resistencia estructural del barro mojado”.No se puede levantar vías de tren sobre barro. Ni hogares, ni hospitales, ni colegios. El trayecto ferroviario de Winnipeg a Churchill (Canadá) ya estaba afectado en 2010, y había que avanzar a baja velocidad durante kilómetros. La línea férrea Qinghai-Tíbet, en la meseta tibetana entre Goldmud y Lhasa, también sufría. Y lo mismo ocurría entre Baikal y Amur en Rusia.
Ciudades que se hundirán en el Mediterráneo
En 1953 los Países Bajos sufrieron una inundación tan destructiva que en 1987 habían levantado el Oosterscheldekering, un dique de 8 kilómetros entre las islas de Schouwen-Duiveland y Noord-Beveland, considerado la primera barrera contra inundaciones del mundo. Una tirita contra el cambio climático y un aumento (ligero) de la resiliencia.En 2018 se demostró que todas estas medidas resultan ineficientes en el largo plazo. Los últimos modelos apuntan a que toda Holanda se está hundiendo lentamente. En 1982 se terminó la del Támesis, en Londres, pero la ciudad sigue el camino de Holanda. Shanghái, Houston, Bangkok y otras ciudades “pueden parecer fuertes y estables, pero es un espejismo”, dijo Kat Kramer, colaborador en el informe de Christian Aid que la BBC ayudó a difundir en 2018.