Autor | Patricia M. LicerasEn 2014, el arquitecto y urbanista italiano Stefano Boeri inició su proyecto de reforestación metropolitana denominado el Bosque Vertical en su ciudad natal, Milán, con dos torres de gran altura que albergan más de 700 árboles, 11.000 plantas y 5.000 arbustos. Desde entonces su concepto de bosco verticale, siempre en proceso de revisión y actualización, se ha exportado a otros lugares del mundo, y ahora llega a una de las zonas más visitadas de México y del Caribe: Cancún.Cancún ha pasado a ser en 1974 un poblado de pescadores rodeado de selva virgen y playas desiertas a uno de los destinos turísticos más famosos del mundo. La construcción de hoteles ha acabado dibujando un paisaje muy diferente al original, pero ahora el estudio de Boeri planea una nueva Cancún, pionera en desarrollos inteligentes y sostenibles que aporten un equilibrio entre el turismo masivo y la naturaleza.
Un jardín botánico en forma de ciudad

Autosuficiente en alimentos y energía
La viabilidad de la ciudad se basa en una economía circular. Por ello, el área urbanizada se rodeará de paneles solares y campos para la explotación agrícola, que la permitirán ser totalmente autosuficiente en alimentos y energía. Una gran apuesta por la energía solar y las tierras de cultivo que promoverá el comercio local y la vida comunitaria.En cuanto al transporte, se prevé un sistema propio de movilidad eléctrica y semiautomática que permitirá dejar los automóviles aparcados a las afuera de la ciudad.El agua será otro de los elementos claves: desde la irrigación a través de sistemas integrados hasta la instalación de una desalinizadora para aprovechar el agua del mar, pasando por la construcción de canales para la navegación alrededor del complejo y que funcionarán a modo de “jardines de agua” que lo protegerán frente a potenciales inundaciones, dada su proximidad al mar.Pero ante todo, una ciudad inteligente
