Autor | Jaime RamosLa publicación de referencia mundial en la arquitectura, eVolo, entregó esta primavera los prestigiosos premios de su competición de rascacielos. Los proyectos presentes en la edición de 2019 han sido una vez más un ejemplo de cómo la innovación tecnológica puede dar con funcionalidades arquitectónicas capaces de combatir los problemas que afrontan las ciudades actuales.El jurado del certamen recibió 478 proyectos. Tres salieron como ganadores y 27 recibieron menciones de honor. Destacan entre los vencedores el sentido primordial de esa innovación arquitectónica. Dos de los proyectos que triunfaron se centraron en combatir la contaminación a través del reciclaje, ya sea de residuos físicos o del propio aire.
Methanescraper, cómo convertir la basura en energía
El primer premio del certamen en 2019 recayó en Marko Dragicevic y su proyecto Methanescraper. Podría decirse que este particular rascacielos es, en el fondo, una mayúscula planta de reciclaje. La propia estructura consta de diferentes módulos que sirven para categorizar los residuos en vidrio, plásticos, materia orgánica, papel, madera o metales.La verdadera utilidad de la gigantesca instalación cobra sentido a través de la putrefacción de la materia orgánica. Esta se almacenaría junto a madera y papel en cápsulas. Los compartimentos van dotados de un circuito de tuberías que aprovechan el metano generado en el proceso de descomposición para generar energía.El rascacielos ha sido diseñado con la vista puesta en los alrededores de Belgrado y, sobre todo, las orillas del Danubio. Es una prioridad librar al emblemático río de las 4,2 toneladas de residuos que cada día vierte al Mar Negro.
Airscraper, un rascacielos aspiradora
Klaudia Go?aszewska y Marek Grodzicki son los diseñadores del rascacielos que se alzó con el segundo premio: Airscrape. Su concepción se orienta hacia aquellas ciudades donde la calidad del aire supone un problema de salud pública, como puede ser el ejemplo de las megalópolis chinas.En este caso, hablamos de una torre circular de 800 metros de alto y 60 de diámetro. El rascacielos envuelve una chimenea que aspira el aire contaminado de los alrededores y lo limpia gracias a una tecnología de filtrado. Los módulos encargados de atraer el aire están situados en la base de la torre para recoger agentes contaminantes que fluyen a nivel de la calle, como las PM10 y las PM2,5. Este sistema de filtrado tendría una efectividad teórica del 80%.El rascacielos se completa con otros dos tipos de módulos: solares, encargados de la producción de energía limpia; y ajardinados, situados por encima de los 400 metros en la parte residencial del edificio.
El rascacielos de los inmigrantes
Una de las propuestas más curiosas ha sido Horizontal City of no Nation. La idea sería posicionar este rascacielos en la frontera entre dos países para proporcionar refugio, seguridad y oportunidades a los inmigrantes. El objetivo, según los diseñadores Zhichen Gong, Yong Chen, Tianrong Wu, Yingzhi He y Congying He, es que la gente pueda seguir sus vidas en una sociedad estable con unos servicios sociales mínimos y aliviar el flujo migratorio.Sigue la idea de Kilian Kleinschmidt a la hora de plantear que los campos de refugiados han de ser considerados espacios urbanos. En ese sentido, este tipo de proyectos deberían dirigirse hacia la integración entre sociedades y no tanto a crear nuevas fronteras. Resulta complicado obviar el hecho de que las ciudades soportarán el gran peso de la población mundial. El 68% de los habitantes se concentrarán en las ciudades en 2050.Las soluciones premiadas en eVolo constituyen una vía de escape para las ciudades inteligentes de las próximas décadas. La sostenibilidad de las mismas pasa por descubrir nuevas funcionalidades que las haga más inclusivas y nos libren de la amenaza de la contaminación. Esto se plasmará en la esencia de cada edificio, en sí mismos construcciones experimentales no ya arquitectónicamente, sino también en términos científicos e incluso sociales.Imágenes | iStock/RobertBreitpaul; Zhichen Gong, Yong Chen, Tianrong Wu, Yingzhi He, Congying He (CC) y Marko Dragicevic (CC)