Autor | Diana PardoEl concepto de metabolismo no es algo exclusivo a los seres vivos, y de hecho, ya en el año 1965 Wolman habló de su acepción puramente urbana como la “Conceptualización Ecológica de las ciudades”.Lo que nos quiere transmitir esta idea es un cambio de paradigma a la hora de entender la creación y desarrollo de las urbes. Su propuesta indica que debemos visualizar a las ciudades como seres vivos que crecen se desarrollan y, en algún momento, pueden perecer.Desde esta perspectiva, las ciudades como sistemas artificiales, pueden ser diseñadas desde una perspectiva que favorezca un ecosistema urbano sostenible. Para ello es necesario cambiar el prisma y analizar la forma en la que funcionan las urbes basándonos en principios y métodos ecológicos. Al comparar una ciudad con un organismo vivo, todos sus flujos de energía y materiales deben de ser considerados.
Metabolismo urbano circular versus Metabolismo urbano lineal
En la naturaleza, los seres vivos demandamos recursos como alimentos, agua y energía para poder sobrevivir, pues con las ciudades debería de ocurrir lo mismo. De hecho una gran parte de recursos naturales se destinan al abastecimiento de las urbes. El metabolismo urbano proporciona un sistema integral que tiene en cuenta todas las entradas (importaciones) y salidas (exportaciones) respecto al medio biofísico en el que se ubica.¿Cuál es entonces la principal diferencia entre ambos enfoques?
Metabolismo Circular
En la naturaleza, los seres vivos gestionamos nuestros recursos mediante un metabolismo circular, esto quiere decir que los recursos que utiliza nuestro cuerpo como la luz solar, el agua, los nutrientes, etcétera, serán transformados mediante una serie de reacciones químicas en calor, energía, y otras sustancias útiles para nuestra supervivencia.Los residuos que se generen no serán vistos como tal ya que aquellas partículas que no sean necesarias volverán al circuito cumpliendo otra función en el ecosistema.
Metabolismo Lineal
En contra de este método se encuentra el metabolismo lineal que siguen la mayoría de las ciudades, en las que se utilizan materias primas para fabricar productos y ponerlos al consumo y servicio de los que allí viven. Una vez cumplida su función, se desechan para no ser reutilizados provocando así el agotamiento de los recursos naturales o una gran dependencia sobre recursos no renovables.Pensemos que la mayor parte de contaminación que se genera en las ciudades y la agricultura se presenta en forma de emisiones y vertidos al medio ambiente.
Metabolismo Circular, principal apuesta para las Smart Cities
La filosofía de una ciudad inteligente, sostenible y respetuosa con sus habitantes y el medio ambiente apuesta por integrar en las urbes, un metabolismo circular.
El claro ejemplo del agua
Cuando el agua llega a una ciudad, lo hace ya habiendo sido potabilizada. Posteriormente se transporta y se distribuye por la urbe para consumo doméstico, fines industriales, etc.Una vez el agua potable es utilizada, su calidad disminuye convirtiéndose en agua residual y abandonando el sistema urbano para siempre.El objetivo de un metabolismo circular es tratar las salidas de recursos como nuevas entradas de tal forma que esta agua residual se consideraría un recurso en lugar de un inconveniente.Las aguas residuales son una fantástica fuente llena de nutrientes para ser utilizada como agua de riego en la agricultura. Para ello se emplearán diferentes sistemas tecnológicos que recuperarán dichos elementos y los prepararán para su posterior uso en otras actividades.De esta forma las tierras de cultivo que alimentan a la ciudad, cierran el ciclo del agua en un metabolismo circular.Las ciudades del futuro, que mayoritariamente no dejan de ser las de hoy, se deben diseñar con la misión de mejorar el día a día de sus habitantes, sin olvidar la transición hacia un modelo más sostenible. La adopción de un sistema de medidas que imite el comportamiento de un organismo vivo será la clave para conseguirlo.Imágenes | Katerina Kerdi, Carlos Delgado, danielkirsch