Autor | M. Martínez Euklidiadas¿Es posible usar bacterias para construir? La tecnología ha sido inerte hasta bien entrado el siglo XX. Solo algunos estudios pioneros en edición genética y proteínas fluorescentes usan el material biológico como herramientas, pero rara vez con fines estructurales. Ahora, gracias a materiales como el hormigón viviente, desarrollado por un equipo de científicos de Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, quizá veamos pronto un desarrollo urbano basado en técnicas constructivas que usen la vida como motor.
¿Qué es el hormigón viviente? Un material de construcción sostenible basado en bacterias
El hormigón convencional es un material constructivo básico. Barato, durable, seguro y con un comportamiento altamente predecible, su desgaste facilita las inspecciones. Por eso no se pinta. Pese a sus ventajas en su comportamiento físico, el agua puede agrietar el hormigón y causar desperfectos a nivel estructural. Pero... ¿y si inyectamos bacterias que lo reparen a medida que se agrieta?Esta es la idea fundamental del hormigón viviente es paliar las deficiencias estructurales del hormigón tradicional añadiendo un componente vivo autorreparador. Se trata, en esencia, de hormigón clásico al que se añaden compuestos como cápsulas biodegradables de lactato de calcio. Compatible con el hormigón, tiene la particularidad de que se disuelve en agua.De esta forma, cuando el hormigón se agrieta, las cápsulas se abren, liberando su carga bacteriana. Por ejemplo, la bacillus subtilis, una bacteria común. Estas bacterias generan una capa de caliza que rellena la fisura del hormigón. No aumentan su resistencia, pero sí protegen dichas grietas de los elementos, sellándolos de forma automática.¿Qué clase de ingredientes se usan en esta innovación? Gelatina y bacterias fotosintéticas

Beneficios de construir con hormigón viviente las ciudades inteligentes del futuro
