Autor | M. Martinez@EuklidiadasLa edad es un factor de riesgo ante la COVID-19. Por ello, las ciudades protegen a los ancianos, una tarea que la OMS declaró “responsabilidad de todos”. Hasta ahora, el aislamiento físico se ha demostrado como el más efectivo, aunque cada ciudad y país ha usado una estrategia acorde a sus capacidades.“La regresión multivariable mostró mayores probabilidades de fallecimiento en hospital relacionado con una edad avanzada”, afirma el estudio más completo hasta la fecha. Los mayores de 60 años, y en particular los varones, son mucho más vulnerables al SARS-CoV-2. Así están trabajando las ciudades por aislarlos.
Consejo universal: quedarse en casa si se puede
Tanto la OMS como el CDC y otras organizaciones sanitarias aconsejan a la población mayor de 65 añosno salir a la calle, incluso cuando sus respectivos ayuntamientos sí lo permitan. Está basado en la evidencia científica. Muchos ayuntamientos han escuchado estos consejos, y organizan a su población para evitar que los mayores pisen la calle. O al menos lo hagan con prudencia.Las ciudades protegen a los ancianos reduciendo su movilidad
Desde el inicio de la pandemia ha habido varios países particularmente restrictivos con la movilidad de este colectivo. El primero fue China, con políticas específicas dirigidas a proteger a los mayores con circuitos cerrados en residencias o sus Comités de Residentes del Vecindario, que distribuyen todo tipo de enseres para evitar que los mayores pisen las calles.Le siguen Italia, con el cierre de algunas localidades; Canadá, que ha emulado algunos de los protocolos chinos, particularmente en residencias; y España, que ha establecido franjas horarias en base a la edad para poder salir a la calle a pasear. Todos estos patrones hacen de barrera entre la población más joven, dinámica y en movimiento, y los mayores vulnerables.Iniciativas similares las hemos visto en ciudades como Sofía (Bulgaria) donde la Plataforma de Voluntarios de Sofía organiza voluntarios para realizar visitas puerta por puerta; Masiphumelele (Sudáfrica), donde diferentes grupos civiles y uniformados asisten a los mayores; o País Vasco (España), donde se entregan medicamentos a domicilio.Aislamiento absoluto de las residencias de ancianos
Las residencias y asilos de ancianos han saltado a los periódicos con un número elevado de fallecidos. La polémica de España (373.000 plazas de residencias) o de Estados Unidos (1,7 millones de plazas) ha sido particularmente virulenta. Sin embargo, otros países envejecidos como Japón, Francia o Reino Unido han tenido problemas similares a la hora de controlar estos entornos.