Autor | M. Martínez Euklidiadas
La falta de cuidado de los suelos y el cambio climático están haciendo que la desertificación del planeta se acelere. ¿Qué es este fenómeno y a qué regiones afecta? ¿Cuáles son sus causas?
¿Qué es la desertificación?
La desertificación es un fenómeno de degradación ecológica de tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, tanto por variaciones climáticas como por las actividades humanas. Esta degradación incluye la pérdida del suelo fértil, así como la pérdida en diferente grado del potencial de producción.
Aunque existen cientos de definiciones, se aceptan dos a nivel global, la del Diccionario de la Universidad de Princeton:
"Proceso de transformación de tierras fértiles en desierto, generalmente como resultado de la deforestación, la sequía o la agricultura inadecuada o inapropiada"
y la de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD):
"Degradación de la tierra en regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas como resultado de varios factores, incluidas las variaciones climáticas y las actividades humanas"
¿Por qué se produce la desertificación?
La desertificación emerge como resultado de un desequilibrio entre lo que los ecosistemas pueden producir y lo que extrae de ellos la humanidad.
La deforestación y destrucción de la cubierta vegetal a manos del ser humano es uno de los grandes desertificadores actuales. La erosión de suelos y la sobreexplotación de acuíferos, el cultivo por encima de la capacidad máxima del suelo o el pastoreo excesivo también son factores importantes.
El estrés hídrico al que somete el cambio climático antropogénico a diferentes regiones actúa como motor de la desertificación, y está ganando un papel protagonista con las décadas.
Mapa del riesgo de desertificación
Históricamente, el área del Mediterráneo, el valle de Mesopotamia y la meseta de Loess de China han sido tres grandes áreas muy vulnerables a la desertificación, debido principalmente a una población densa en exceso. Sin embargo, no es nada comparado con la situación actual.
Si el primer mapa muestra la degradación del suelo debido a las actividades humanas catalogado por la ISRIC, la PNUMA y la FAO con datos de 1996, el segundo, de 1998, señala la vulnerabilidad a la desertificación y fue realizado por el Departamento de Agricultura estadounidense.
Por desgracia, cuando se publicaron los índices de aridez globales tras estudiar el periodo 1981-2010, se observó que las áreas afectadas habían crecido. Y lo han seguido haciendo, como si se tratase de un incendio que devorase el mapa.
Ciudades y comunidades en riesgo de desertificación
En Europa, España es el país con más riesgo de desertificación. Más del 75 % de su territorio está ya en esta categoría, cifra que aumenta cada década, y un quinto del país está ya desertificado y es infértil. La provincia de Almería, y su capital homónima, son las regiones más afectadas por la explotación.
En América, la costa oeste está gravemente afectada. Ciudades como Las Vegas, Albuquerque, Chihuahua, El Salvador o El Calafate están gravemente afectadas y es probable que sean puntos de no retorno. El este de Brasil también sufre graves daños, en parte debido a la tala.
Uno de los continentes más afectados es África. El desierto del Sahel es cada vez más seco, y se desplaza hacia el sur erosionando ciudades como Kifa, Tombuctú, Niamey, Yamena, Dilling o Burao. A la vez, el desierto que cubre Sudáfrica, Namibia y Botsuana está creciendo.
En Asia, destaca cómo la sequía ha alcanzado de lleno a Kazajistán y Mongolia, extendiéndose como un cáncer por el Tíbet. Países como China han logrado detener en cierta medida el desierto mediante plantaciones masivas. Aunque cada vez es más difícil frenar la desertificación en Chengdú o Pekín.
Probablemente, el continente más afectado sea Australia. Si hace varias décadas el grueso de su superficie estaba en riesgo, en la actualidad solo una diminuta franja de costa resiste la desertificación.
Imágenes | Olivier Mesnage, ISRIC-PNUMA-FAO, Departamento de Agricultura estadounidense, Comisión Europea