IA y pequeños países: cómo Ruanda y Singapur quieren obtener grandes resultados a pesar de su reducido tamaño

IA y pequeños países: cómo Ruanda y Singapur quieren obtener grandes resultados a pesar de su reducido tamaño

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Autora | Raquel C. Pico

Aunque los potenciales beneficios de la inteligencia artificial son múltiples, no todas las economías y no todos los players del mercado están en una situación similar en la carrera por su conquista. El terreno de juego no está nivelado: quienes lideran su desarrollo son unos pocos países y, en ellos, unas cuantas compañías que capitalizan la tecnología IA y sus aplicaciones. Esto abre el riesgo a que se creen brechas.

Es lo que ocurrirá, por ejemplo, con aquellos países cuyos idiomas no están protagonizando el desarrollo de la IA —y es una de las razones por las que algunos países europeos, como España, están usando fondos públicos para impulsarla— o con aquellos que no tienen tanto peso en el terreno de la tecnología. Ya sea porque son pequeños, porque ocupan posiciones periféricas en los flujos tecnológicos o porque no tienen músculo financiero suficiente, podrían perder el tren de la inteligencia artificial.

Sin embargo, algunos países están ya intentando encontrar vías intermedias que les permitan subirse al carro del desarrollo y adopción de la inteligencia artificial y sus oportunidades. Es lo que han hecho Ruanda y Singapur, que han presentado en la Cumbre del Futuro de la ONU su AI Playbook for Small States.

La estrategia IA de Ruanda y Singapur


Este documento ha sido desarrollado por la Infocomm Media Development Authority (IMDA) de Singapur en colaboración con el ministerio de Información, Comunicación, Tecnología e Innovación de Ruanda. Durante 2024, el organismo singapurense ha estado recopilando información sobre cómo están usando la IA los países de menor tamaño, los retos a los que se enfrentan en su implementación y las oportunidades potenciales que abre.

Los testimonios llegan de países muy variopintos, tanto por geografía como por economía. Así, han hablado de estrategia IA con desde Estonia a Nueva Zelanda pasando por Bosnia Herzegovina, Sierra Leona o Costa Rica. “La inteligencia artificial tiene un papel esencial en el desarrollo de los países pequeños, permitiendo maximizar recursos limitados, impulsar la eficiencia en sectores clave como la sanidad, la educación o la economía, e impulsar la innovación tecnológica que posiciona de forma competitiva en el escenario global”, les decían desde el ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones de este último país.

Casi todos estos países se enfrentan a una serie de retos parecidos a la hora de afinar su estrategia IA. El informe habla de la dificultad de acceso a recursos y fondos, de mercados domésticos limitados que restringen la escalabilidad y el impacto en el mercado global de sus proyectos, de la necesidad de talento y expertise en IA o de los problemas de acceso a datos. El desarrollo de la inteligencia artificial necesita ser alimentado con ingentes cantidades de información. Esto no resulta tan complicado, por ejemplo, cuando se usa para ello el gigantesco corpus en inglés, pero puede serlo si se parte de una lengua con muchos menos habitantes o mucha menos producción.

Frente a los retos están los beneficios potenciales de la inteligencia artificial. En sus conclusiones destacan el valor que puede tener la IA para impulsar comunidades y sociedades, un valor que va más allá del económico y que podría ser fundamental para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. La inteligencia artificial puede mejorar notablemente la eficiencia del sector público o solucionar brechas y problemáticas que ahora frenan el desarrollo.

Con todo, posiblemente lo más interesante de este playbook IA están en que cambia el foco del discurso y sienta a estos países pequeños a la mesa. Incluso, podría reconducir estereotipos sobre quién y quién no está trabajando en una estrategia IA.

Ruanda y la inteligencia artificial

Además de ser uno de los países que ha apoyado este AI Playbook for Small States, Ruanda cuenta con una estrategia de IA estatal desde hace algunos años. Se alinea con el programa Vision 2050 (el plan de desarrollo lanzado en 2020 que espera alcanzar ciertos estándares de crecimiento y calidad de vida a 30 años vista). En inteligencia artificial, Ruanda quiere ser “un centro global de investigación e innovación IA” y liderar el desarrollo de esta tecnología en África.

Para ello han identificado seis áreas a priorizar, que abarcan alfabetización digital, habilidades, infraestructura, estrategia de datos o uso por parte del sector público y privado de la IA. Una educación en inteligencia artificial, el reciclaje de parte de la población activa, el protagonismo de las disciplinas STEAM en la etapa escolar o la apuesta por infraestructuras (como aumentar la capacidad de la nube o de computación en el país) son algunos de los elementos por los que apuestan para lograrlo.

Como la IA puede ayudar a países pequeños

Por ello, Ruanda podría convertirse en un espejo en el que los países pequeños se podrían querer reflejar en unos años vista. Quizás Singapur es ya uno de sus ejemplos aspiracionales. El país ha conseguido ya ir más allá de su reducido tamaño en algunas áreas clave, como en el diseño urbanístico o en salud y bienestar de su población. También apuesta por la digitalización. De hecho, se autodenominan una smart nation, con un fuerte compromiso con la tecnología.

En inteligencia artificial, ya habían lanzado en 2019 una estrategia centrada en esta herramienta que llevó a 150 equipos a trabajar en I+D conectado con la inteligencia artificial. En 2023, el país lanzó la Singapore National AI Strategy 2.0 (NAIS 2.0), su nueva estrategia centrada en la IA y con la que quieren cubrir tanto las oportunidades como las necesidades de la inteligencia artificial y salir de lo local para entrar en el mercado global.

Para los países pequeños, la IA puede abrir nuevas oportunidades. Para aquellos que están en vías de desarrollo, ser una oportunidad de crecimiento. Según cálculos de Deloitte, existen ahora mismo en África unas 2.400 compañías de inteligencia artificial que ofrecen todo tipo de servicios, desde un bot educativo sobre salud sexual y reproductiva en Kenia hasta una IA que conecta a granjeras en Ghana. Y, aunque el continente es un paisaje diverso en lo que a inteligencia artificial se refiere y no se puede pintar una foto única, las oportunidades podrían ser interesantes.

Foto | primeimages/iStock

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